Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2023

Experiencia liberadora

Imagen
El camino profético: motivado por el amor     Experiencia liberadora      jueves, 30 de noviembre de 2023        Todos los hilos de mi vida se habían unido. Descendiente de esclavo y de esclavista, ya me habían llamado poeta, abogada, maestra y amiga. Ahora recibí el poder para ministrar el sacramento de Aquel en quien no hay norte ni sur, ni negro ni blanco, ni hombre ni mujer —  sólo el espíritu de amor y reconciliación que nos atrae a todos hacia la meta de la plenitud humana.   —Pauli Murray, Canción en una garganta cansada       La Reverenda Dra. Pauli Murray (1910–1985) fue la primera mujer negra ordenada sacerdote en la Iglesia Episcopal. El editor Anthony B. Pinn escribe:       Al crecer, [Pauli] Murray tenía una sospecha furtiva del camino que tomaría y de los acontecimientos “cósmicos” e históricos que podrían haber condicionado su vida… [ 11 ]       En palabras de Murray: “Entré [al sacerdocio] porque no tenía otra alternativa. Luché contra la muerte, contra Dios y contra

Siempre en la presencia de Dios

Imagen
El camino profético: motivado por el amor     Siempre en la presencia de Dios      miércoles, 29 de noviembre de 2023        ¿Por qué hay una guerra? … Porque yo y mi prójimo y todos los demás no tenemos suficiente amor. Sin embargo, podríamos luchar contra la guerra y todas sus excrecencias liberando, cada día, el amor que está encadenado en nuestro interior y dándole la oportunidad de vivir.   —Etty Hillesum       Richard Rohr ha obtenido durante mucho tiempo consuelo y sabiduría de los escritos de la joven judía Etty Hillesum (1914-1943), creyendo que ella es una voz de inspiración para nuestros tiempos. Poco antes de su partida al campo de tránsito de Westerbork , Hillesum escribió en su diario:       Una cosa me resulta cada vez más clara: que Tú no puedes ayudarnos, que debemos ayudarte a ayudarnos a nosotros mismos. Y eso es todo lo que podemos gestionar en estos días y también lo que realmente importa: que salvaguardemos ese pedacito de Ti, Dios, en nosotros mismos. Y quizá