Experiencia liberadora


El camino profético: motivado por el amor 

 

Experiencia liberadora 

   jueves, 30 de noviembre de 2023 

  

 Todos los hilos de mi vida se habían unido. Descendiente de esclavo y de esclavista, ya me habían llamado poeta, abogada, maestra y amiga. Ahora recibí el poder para ministrar el sacramento de Aquel en quien no hay norte ni sur, ni negro ni blanco, ni hombre ni mujer sólo el espíritu de amor y reconciliación que nos atrae a todos hacia la meta de la plenitud humana. 

—Pauli Murray, Canción en una garganta cansada 

  

La Reverenda Dra. Pauli Murray (1910–1985) fue la primera mujer negra ordenada sacerdote en la Iglesia Episcopal. El editor Anthony B. Pinn escribe: 

  

Al crecer, [Pauli] Murray tenía una sospecha furtiva del camino que tomaría y de los acontecimientos “cósmicos” e históricos que podrían haber condicionado su vida… [11] 

  

En palabras de Murray: “Entré [al sacerdocio] porque no tenía otra alternativa. Luché contra la muerte, contra Dios y contra mis propios planes articulados pero la Llamada no me daría paz hasta que hubiera tomado la decisión”. [12] No fue suficiente para Murray discernir el llamado de su vida; quería que esto fuera reconocido y aceptado de manera que ella sola no podía producir, de manera que pudieran señalar el rastro cósmico de Dios obrando en su historia personal…. 

  

Poco después de su ordenación, abordó el tema de la inclusión con pasión, humor mordaz y sarcasmo. De esta manera, señaló su profunda determinación de hacer de la igualdad social una cuestión moral y espiritual...: “Soportar el dolor por amor de Cristo no significa que participaré en mi propia degradación. Significa que debo dar testimonio de la igualdad de toda la humanidad ante Dios tanto con palabras como con hechos”. [13] 

  

Murray predica el valor de reconocer la dignidad universal de los hijos de Dios:  

 

Pensar en uno mismo como un hijo de Dios es una experiencia liberadoraes liberarse de todos los sentimientos de inferioridad ya sea de raza, color, sexo, edad, estatus económico o posición en la vida. Cuando digo que soy un hijo de Dios—hecho a imagen [de Dios]—… quiero decir que “el negro es hermoso”, que el blanco es hermoso, que el rojo es hermoso o que el amarillo es hermoso. No necesito hacer súplicas especiales por mi sexo masculino, femenino o intermedio para reforzar la autoestima. Cuando realmente creo que Dios es mi Padre y mi Madre, en resumen, mi Creador, estoy obligado también a creer que todos los hombres, mujeres y niños de cualquier raza, color, credo u origen étnico son mis hermanos y hermanas. -en-Cristoya sean anglicanos, católicos romanos, metodistas, musulmanes negros, miembros de la fe judaica, ortodoxos rusos, budistas o ateos…. Si soy una hija de Dios, una hermana en Cristo, y pertenezco con todos ustedes al sacerdocio de todos los creyentes, entonces mi trabajo es amar, no odiar, ser creativa, no destructiva, seguir la cruz de Cristo. Ésta es la lección de los grandes profetas a lo largo de los siglos... [14]  

 

 

 

11 Anthony B. Pinn, introduction to To Speak a Defiant Word: Sermons and Speeches on Justice and Transformationby Pauli Murray (New Haven, CT: Yale University Press), 2. 

12 Murray to Ernest Pollock, March 22, 1974, in To Speak a Defiant Word, 9. 

13 Murray to Cecil Woods, in To Speak a Defiant Word, 11. 

14 Pauli Murray, “Father’s Day Sermon,” June 15, 1975, in To Speak a Defiant Word, 30. 

 

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