Conversión esencial

Continuamos por nuestros caminos, paso a paso, a través de las estaciones secas y verdes. 

 

 

 Resiliencia y Crecimiento 

 

Conversión esencial 

jueves, 20 de junio de 2024 

   

Richard Rohr describe cómo la psicología y la espiritualidad confirman la dirección del crecimiento. 

  

En los diversos esquemas de desarrollo, la psicología y la espiritualidad se combinan maravillosamente para mostrarnos que nuestro crecimiento va hacia alguna parte. La trayectoria es hacia la unión: unión con Dios/Realidad, con uno mismo (mente, corazón y cuerpo), con los demás y con el cosmos. Todos parecen estar de acuerdo en que los niveles iniciales de nuestra conciencia son dualistas, mientras que los niveles posteriores o más profundos son no duales y unitivos. La única manera de pasar de un escenario a otro es básicamente mediante alguna forma de herida, fracaso u oscuridad. Todos parecen estar de acuerdo en que tenemos que pasar por un período de desconocimiento (lo que a mí me suena a fe) para conocer un nivel más maduro. [10] 

  

Pero cuando escuchamos las noticias o miramos a nuestro alrededor y dentro de nuestro propio corazón, ¿no parece que vayamos a alguna parte? Cada uno por su cuenta está para encontrar y crear su propio significado personal. Parece que todos estamos condenados a empezar desde cero, sin hombros sobre los que apoyarnos, lo que hace que la tarea humana sea bastante difícil en nuestra relativamente corta vida. Básicamente no funciona, especialmente cuando somos jóvenes y apenas comenzamos. En nuestra era posmoderna, rechazamos cualquier sentido fuerte del bien común o cualquier Gran Tradición. Por lo tanto, repetimos de manera adictiva los mismos patrones que producen trauma, violencia, sufrimiento, inmadurez emocional, baja autoestima y muertes demasiado prematuras. 

  

Para que nuestra espiritualidad sea auténtica, debemos experimentar las cosas desde adentro hacia afuera y no solo desde afuera hacia adentro. En la cultura materialista y altamente sobre estimulada en la que muchos de nosotros vivimos, tendemos a dejar que otros nos definan en lugar de basarnos en nosotros mismos. (Por favor, no escuchen eso de una manera individualista; en última instancia, es exactamente lo contrario lo cual es verdaderamente una paradoja.) De hecho, el objetivo de la religión madura es ayudarnos a morir antes de morir: morir a nuestro pequeño yo o yo-pasajero para que podamos descubrir nuestro Gran Yo. Todas las principales religiones describen esto de una forma u otra: una identidad falsa y en gran medida autoconstruida debe ser entregada antes de que el Verdadero Yo pueda permanecer radiante y revelado. Jesús dijo: “El que quiera salvar su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la salvará” (Lucas 9:24), y “Si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha” (Juan 12:24). Esta es una conversión básica y esencial. La buena religión y la buena psicología están de acuerdo.  

 

Nuestra práctica contemplativa es un “laboratorio” en el que aprendemos a morir a nuestras identidades, emociones y pensamientos pasajeros para recibir el reflejo siempre permanente y perfecto de la mirada Divina. El resto de nuestra vida se convierte en el campo en el que vivimos esta participación en el Amor, devolviendo la mirada de gracia al Otro y queda mucho para todos los demás. [11]  

 

 

10 Adaptación de Richard Rohr, A Spring Within Us: A Book of Daily Meditations (Albuquerque, NM: CAC Publishing, 2016), 46. 

11 Rohr, Spring Within Us, 18–19.

 

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