Espiritualidad madura

Continuamos por nuestros caminos, paso a paso, a través de las estaciones secas y verdes. 

 

 

 Resiliencia y Crecimiento 

 

Espiritualidad madura 

lunes, 17 de junio de 2024  

Richard Rohr ofrece su descripción básica de las etapas del desarrollo espiritual, que también explican nuestras necesidades psicológicas apropiadas para el desarrollo: [3] 

 1.  Mi cuerpo y mi autoimagen son lo que soy. Nos centramos en nuestras propias necesidades de seguridad, protección y defensa. 

 

  1. 2. Mi comportamiento externo es quien soy. Necesitamos quedar bien desde el exterior y ocultar cualquier “evidencia contraria” a los demás y, eventualmente, a nosotros mismos. La “sombra” del ego comienza a emerger en este momento. 

 

  1. 3. Mis pensamientos y sentimientos son lo que soy. Comenzamos a enorgullecernos de nuestros “mejores” pensamientos y sentimientos y aprendemos a controlarlos, hasta el punto de que ni siquiera vemos su naturaleza egoísta. Casi todos nosotros debemos sufrir y superar una gran derrota, conmoción o humillación para superar esta etapa.  

 

  1. 4. Mis intuiciones más profundas y el conocimiento que siento en mi cuerpo son lo que soy. Este es un avance tan grande y tan útil que muchos de nosotros estamos contentos de quedarnos aquí, pero permanecer en este nivel puede llevarnos al trabajo interior o al trabajo corporal como sustituto de cualquier encuentro real o sacrificio por el "otro".  

 

  1. 5. Mi propia sombra es quien soy. Esta es la primera “noche oscura de los sentidos”cuando nuestra debilidad nos abruma y finalmente nos enfrentamos a nosotros mismos en nuestro estado sin adornos e incivilizado. Sin guía, gracia y oración, la mayoría de nosotros volvemos corriendo a identidades anteriores.  

 

  1. 6. Estoy vacío e impotente. Algunos llaman a esto sentarse en la “sala de espera de Dios”, pero más a menudo se lo conoce como “la noche oscura del alma”. En este punto, casi cualquier intento de salvarnos mediante cualquier comportamiento, moralidad o técnica de oración superior fracasará. Lo único que podemos hacer es preguntar, esperar y confiar. Dios está a punto de volverse real. El falso yo o el yo diferente está muriendo considerablemente.  

 

  1. 7. Soy mucho más de lo que pensaba que era. Experimentamos la permanente decadencia del falso yo y el ascenso del Verdadero Yo como centro de nuestro ser. Se siente como una ausencia o un vacío, aunque sea un vacío maravilloso. Juan de la Cruz llama a esto “oscuridad luminosa”. Crecemos no sabiendo o entendiendo, sino sólo amando y confiando.  

 

  1. 8. “El Padre y yo somos uno” (Juan 10:30). Aquí sólo existe Dios. No hay nada que debamos proteger, promover o demostrarle a nadie, especialmente a nosotros mismos. Nuestro falso yo ya no guía el barco. Hemos aprendido a dejar que la Gracia y el Misterio nos guíenaún sin una comprensión total (si la hay).  

 

  1. 9. Soy quien soy. Soy "solo yo", con todos los defectos e imperfecciones. Ahora estamos completamente desapegados de nuestra propia imagen y vivimos a la imagen que Dios tiene de nosotrosque incluye y ama tanto a los buenos como a los malos. Experimentamos verdadera serenidad y libertad. Ésta es la paz que el mundo no puede dar (ver Juan 14:27) y el pleno descanso en Dios. 

 

3 Adaptación de Richard Rohr, The Naked Now: Learning to See as the Mystics See (New York: Crossroad Publishing, 2009), 164–166. 

 

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