Plenitud espiritual

La energía conectiva del contacto humano, entrelazando nuestras manos y nuestros corazones. No estamos solos. 

 

 

 Intimidad y Plenitud Sexual 

 

Plenitud espiritual 

martes, 11 de junio de 2024 

  

El padre Richard menciona la naturaleza sagrada de nuestra sexualidad: 

  

Creo que debemos mencionar el carácter sagrado de la sexualidad. Para muchos de nosotros, la sexualidad no es el ámbito de lo sagrado. Todo lo contrario: nos enseñaron que era lo que nos llevaría al mal. La gente piensa que la revolución sexual ya ocurrió y que se trataba de alguna nueva libertad para que hiciéramos lo propio. Pero creo que lo que ha sucedido a su paso son sólo los rumores antes de la verdadera revolución. 

  

Tenemos que llegar a la verdadera revolución sexual, donde hablamos de una relación total que es una sinergia y una energía vital mayor que la de dos individuos por separado e incluso juntos. La verdadera revolución es el descubrimiento de que las personas pueden ser amigos profundos, apasionados, íntimos y amorosos, sean amantes o no. La verdadera revolución, me parece, es el descubrimiento de la capacidad humana para la amistad que lleva a las personas a una plenitud espiritual, a la unión interior con lo divino, con uno mismo y con todo, para no estemos tan necesitados en nuestras relaciones de pareja. [4] 

  

La autora contemplativa Christine Valters Paintner declara nuestro deseo erótico como un anhelo de conexión y plenitud: [5] 

  

La sexualidad y lo erótico son impulsos fundamentales que tenemos como seres humanos para llevarnos más allá de nuestro yo solipsista y preocupado a un mundo de comunidad y parentesco. La sexualidad es algo más que sexo en el sentido físico aunque hacer el amor es uno de los grandes dones sensuales para los que hemos sido creados, el extraordinario placer que aporta a nuestros cuerpos seguramente apunta a un Dios que considera hermoso este deleite erótico. El acto de hacer el amor puede ser un espacio de profundo éxtasis, de ir más allá de los límites percibidos hacia una relación sensible e íntima con otra persona, en el contexto de una profunda confianza y compromiso. 

  

¿Qué pasa si nuestro llamado es hacer el amor con la vida misma, ya sea que lo expresemos o no, de manera físicamente íntima con otra persona? ¿Qué pasaría si este deseo sexual consistiera en aprovechar la fuente de energía que despierte nuestro anhelo más profundo de unión? 

  

La sexualidad es la que nos lleva más allá de nuestros propios límites hacia el servicio, la intimidad y lo delicado de las relaciones humanas. Los deseos más profundos nos empujan a estos espacios de ternura que vienen con una relación humana significativa. Los deseos más profundos del corazón son traer nuestros dones al mundo para marcar la diferencia. Estamos llamados a ir más allá de la esfera del interés personal hacia una danza de reciprocidad con los demás, que nos invita a creer que nuestra existencia marca una diferencia en la naturaleza humano-animal...  

 

Cuando nuestros deseos y obsesiones se curan e integran, se convierten en la fuente de una tremenda energía para el bien del mundo y de nuestra capacidad de ser una presencia sanadora para los demás. 

 

 

4 Adaptación de Richard Rohr y Cynthia Bourgeault, God as Us! The Sacred Feminine and the Sacred Masculine (Albuquerque, NM: Center for Action and Contemplation, 2011). Available as MP3 audio download. 

5 Christine Valters Paintner, The Wisdom of the Body: A Contemplative Journey to Wholeness for Women (Notre Dame, IN: Sorin Books, 2017), 76–77, 78.

 

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