Para empezar, confíe lo suficiente

Las formas y corrientes del agua pueden resultar confusas. ¿Dónde está la belleza de estar bajo el agua? 

 

 

 Respirando bajo el agua 

 

Para empezar, confíe lo suficiente 

martes, 16 de julio de 2024 

  

Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos la cordura. 

—Paso 2 de los Doce Pasos 

  

El padre Richard considera cómo el don del Paso 2 sólo puede recibirse mediante una aceptación plena y encarnada de la gracia de Dios: [4] 

  

El paso 2 es el anhelo, la demora y el retroceso necesarios que invariablemente preceden al acto de fe en toda regla. Es aconsejable utilizar un verbo activo para describir este paso: "llegué a creer". La entrega de la fe no ocurre en un momento; es un viaje prolongado, un dejar ir, desaprender y entregar gradualmente. Nadie lo logra en el primer o segundo intento. El deseo y el anhelo deben profundizarse y ampliarse significativamente. 

  

Para finalmente entregarnos a la curación, necesitamos tener tres espacios abiertos dentro de nosotrosy todos al mismo tiempo: nuestra cabeza obstinada, nuestro corazón cerrado y nuestro cuerpo defensivo y defendido. Ésa es la obra de la espiritualidady es trabajo. Sí, finalmente es obra de “un Poder mayor que nosotros mismos” y conducirá a una gran luminosidad y profundidad de percepción. 

  

Cuando los tres espacios interiores están abiertos y escuchando juntos, siempre estaremos presentes. Estar presente es saber lo que necesitamos saber en el momento. Estar presente en algo es permitir que el momento, la persona, la idea o la situación nos cambien. 

  

Para mantener abierto el espacio mental, necesitamos alguna práctica contemplativa o de meditación. Se podría decir que la auténtica espiritualidad es invariablemente una cuestión de vaciar la mente y llenar el corazón al mismo tiempo. 

  

Para mantener abierto el espacio del corazón, casi todos necesitamos alguna sanación de las heridas que hemos cargado en el pasado. También necesitamos tener una relación correcta y honesta con las personas, para que otros puedan amarnos y tocarnos en niveles más profundos, y para que nosotros podamos amarlos y tocarlos. Nada más abre el espacio del corazón de una manera tan positiva y continua. 

  

Mantener nuestros cuerpos menos defendidos también es el trabajo de curar las heridas del pasado y de los muchos recuerdos que parecen almacenarse en el cuerpo. El cuerpo parece no dejar nunca de ofrecer sus mensajes. Afortunadamente, el cuerpo nunca miente, aunque la mente nos engañe constantemente. Es muy revelador que Jesús generalmente tocaba físicamente a las personas cuando las sanaba. Sabía dónde se alojaban los recuerdos y el dolor: en el propio cuerpo.   

 

Si vamos a llegar a creer que un Poder superior a nosotros puede devolvernos la cordura, entonces llegaremos a esa creencia desarrollando la capacidad de la presencia simple, clara y ordenada. Aquellos que pueden estar presentes con la cabeza, el corazón y el cuerpo al mismo tiempo siempre encontrarán la Presencia, ya sea que la llamen Dios o usen otra palabra. En su mayor parte, esas habilidades se aprenden dejando que la vida llegue a nosotros en sus propios términos, sin resistirnos al maravilloso Misterio subyacente que está en todas partes y se ofrece en todo momento. 

 

 

4 Seleccionado de Richard Rohr, Breathing under Water: Spirituality and the Twelve Steps10th anniv. ed.(Cincinnati, OH: Franciscan Media, 2011,2021), 9, 11, 12, 13, 14.

 

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