El evangelio libre y el pueblo libre

Así como estas manos mueven el polvo del mundo que las rodea, nosotros también podemos influir en el mundo (ojalá para bien), siendo sal y luz. 

 

Ser Sal y Luz  

 

El evangelio libre y el pueblo libre 

Miércoles 1 de enero de 2025 — Año Nuevo 

  

Richard Rohr expresa la liberación que ofrece el evangelio cuando nos liberamos de nuestras expectativas culturales y religiosas: [5] 

  

Sin la definición de libertad de Dios, seguiremos usando el evangelio como si fuera un producto que se puede comprar, vender, imponer o conseguir. El evangelio no es una ideología que compite y se ve amenazada por algo externo a sí mismo. Es la luz del mundo que ilumina toda la casa; es la levadura y no todo el pan; es la sal que da sabor y nutrición a la comida mucho más grande (ver Mateo 5:13-15, 13:33). 

  

Una vez que podemos aceptar que Jesús nos ha dado un lente iluminador para ver y medir todas las cosas, ya no podemos tratar al cristianismo como una amenaza —o permitir que sea una amenaza— a la libertad humana o cultural. De hecho, es el mayor aliado de la verdadera libertad. El evangelio es un proceso mucho más que un producto, un estilo más que una estructura, una persona más que una producción. Es una manera de estar en el mundo que siempre se sentirá como compasión, misericordia y abundanciaal menos para las personas honestas y sanas. 

  

El evangelio se opone a la muerte; critica igualmente a todas las culturas y no es idéntico a ninguna cultura o institución, ni siquiera a la iglesia. Como dice tan poéticamente el Evangelio de Juan, el Espíritu sopla donde quiere (ver Juan 3:8). ¡Qué diferente y sanadora podría haber sido la historia occidental si hubiéramos recibido esa libertad del evangelio y la hubiéramos modelado para otros! 

  

Jesús no ha venido a imponer la cristiandad como un sistema imperial. El evangelio florece en el ámbito de la verdadera libertad. No creo que Jesús esperara jamás que todo el mundo se volviera formalmente cristiano, pero sí creo que su verdad sobre la relación correcta, su proclamación del poder de la impotencia, es el mensaje que salvará al mundo de la autodestrucción y de una verdad eterna. Así es como Jesús es el “Salvador del mundo”. Lo hace eligiendo una posición minoritaria, entrando en Jerusalén a lomos de un burro. 

  

Jesús tiene una comprensión diferente de la libertad personal. La libertad no es la capacidad de ser lo que no somos, sino la capacidad de ser plenamente quienes ya somos, de desarrollar nuestro ser inherente tanto como lo permitan el tiempo y las circunstancias divinas. La libertad perfecta y plena de una higuera es convertirse en una higuera perfecta y plena. Por eso, Jesús maldice a quien no lo hace (ver Mateo 21:19). Muchos de nosotros somos como higueras enfermas o muertas, pero con caras felices pintadas en nuestro fruto anémico que gritan: “¡Pero yo soy libre!”. Nuestra sociedad adictiva hará lo que quiera, pero la libertad que ofrecen todas las grandes tradiciones espirituales es muy diferente: la libertad espiritual y verdadera es querer hacer lo que tenemos que hacer para llegar a ser quienes somos. 

 

 

 

5 Adaptación de Richard Rohr, Jesus’ Alternative Plan: The Sermon on the Mount, 2nd ed. (Cincinnati, OH: Franciscan Media, 1996, 2022), 14–16.

 

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