El huevo cósmico: otras historias y la historia
on nuestra energía y esfuerzo, tratamos nuestras historias y las de los demás como sagradas y dignas de nuestro tiempo y atención.
Amar otras historias
El huevo cósmico: otras historias y la historia
Lunes, 17 de febrero de 2025
Richard Rohr continúa explicando el huevo cósmico, centrándose en las dos siguientes cúpulas de significado: otras historias y la historia. Lea sobre las dos primeras cúpulas de significado —mi historia y nuestra historia— en la meditación de ayer.
La tercera cúpula de significado es lo que llamo otras historias. El término “otras historias” ilustra el reconocimiento significativo, pero a veces doloroso, de que nuestra historia no es el único marco, probablemente no el más importante, y tal vez incluso un marco con muchas sombras y sesgos. Esta es la gran ventaja de estudiar historia, literatura más allá de nuestro idioma, antropología, culturas y religiones del mundo, y experimentar algún viaje por el mundo, ya sea por oportunidad o necesidad. Esta es también la invitación modelada de Jesús a ir más allá de mi historia y nuestra historia, y a permanecer en amistad y solidaridad con otras historias.
A medida que nos encontramos con más y más otras historias del mundo, muchas personas amplían su sabiduría, mientras que otras amplían su miedo. Sólo hay una cosa más peligrosa que el ego individual o mi historia, y es el ego grupal que insiste en que nuestra historia es la medida de todas las cosas y por eso busca etiquetar otras historias como ignorantes, peligrosas o inferiores. Parece que nos llevará algún tiempo, quizá siglos, resolver el impulso humano de excluir, convertir en chivos expiatorios, juzgar y descartar las historias de otras personas. Sólo los pensadores no dualistas, los místicos y algunos santos parecen capaces de ese recurso universal. [2]
La cuarta cúpula de significado, que encierra y regula las tres más pequeñas, se llama la historia. Con esto me refiero a los patrones que siempre son verdaderos. Esto es mucho más grande y más compartido que cualquier religión o denominación. Todas las religiones sanas, en algunos niveles, cuentan la historia, como enseñó con autoridad el Concilio Vaticano II de la Iglesia Católica Romana. [2] Por ejemplo, el perdón siempre cura; no importa si somos hindúes, budistas, cristianos o judíos. El perdón es uno de los patrones que siempre es verdad, aunque revela su sabiduría de innumerables maneras. Es parte de la historia. Además, no hay una manera específicamente cristiana de alimentar a los hambrientos o de administrar la tierra. El amor es amor, aunque la motivación pueda ser diferente.
La tradición bíblica toma en serio las cuatro esferas: mi historia, nuestra historia, otras historias y la historia. La revelación bíblica dice que la única manera como nos atrevemos a acercarnos a la historia y comprenderla con cierta profundidad es avanzando y asumiendo la responsabilidad por nuestra historia personal, nuestra historia grupal y otras historias. Tenemos que escuchar nuestra propia experiencia, nuestros propios fracasos, nuestro propio pecado, nuestra propia salvación, y tenemos que reconocer que somos parte de la historia, de una cultura, de un grupo religioso, para bien o para mal. No podemos sanar ni examinar honestamente lo que no reconocemos. [3]
2 Adaptación de Richard Rohr, introduction to ONEING 9, no. 2, The Cosmic Egg (2021): 17. Available in print and PDF download.
3 Second Vatican Council, Nostra Aetate [In Our Time], sec. 1–2.
4 Adaptación de Richard Rohr, Things Hidden: Scripture as Spirituality, rev. ed. (Franciscan Media, 2008, 2022), 20–21.
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