Despide a nuestro soldado leal


Una historia de Japón al final de la Segunda Guerra Mundial ilustra cómo podemos apoyarnos a nosotros mismos y a otros en la transición a la segunda mitad de la vida. Si alguna vez ha estado en Japón, sabrá que su cultura es rica en rituales, con un fuerte sentido de la importancia del símbolo, la estética y la ceremonia.
Al final de la guerra, algunas comunidades japonesas tuvieron la sabiduría de comprender que muchos de los soldados que regresaban no estaban preparados para volver a ingresar en una sociedad civil y pacífica. La única identidad de los veteranos durante sus años de formación había sido como un "soldado leal" a su país, pero ahora necesitaban una identidad más amplia.
Así que las comunidades crearon una ceremonia por la cual el soldado era públicamente agradecido y elogiado por su servicio a la gente. Después de que el soldado había sido honrado profusamente, un anciano se ponía de pie y anunciaba con autoridad: “¡La guerra ha terminado! La comunidad necesita que usted deje de lado en lo que nos ha servido hasta ahora. Ahora necesitamos que vuelvas como padre, compañero, amigo, mentor, algo más que un soldado".
A este proceso lo llamo "despedir al soldado leal". Como sugiere Ken Wilber, debemos "trascender e incluir" a medida que crecemos, reconociendo el valor de lo que vino antes, al tiempo que eliminamos las pieles e identidades antiguas que ya no nos sirven.
Con ternura, observe cómo en diversos momentos de su vida se ha fijado en diferentes prioridades, diferentes medidas de lo correcto y lo incorrecto, diferentes fuentes de significado y pertenencia. Da gracias por las lecciones que aprendiste en cada fase, que te ayudaron a sobrevivir, tener éxito y convertirte en lo que eres hoy. Pregúntate a ti mismo qué creencias estás listo para dejar, formas de pensar y actuar que ya no sirven a tu conciencia madura de la realidad.

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