La "entrega de Dios"
Naturaleza, Cosmos y Conexión
La "entrega de Dios"
Viernes, 19 de febrero de 2021
Para Jesús, Dios era el Creador de la vida y la sustancia viviente, la corriente viva sobre la que se movían todas las cosas, la Mente que contenía el tiempo, el espacio y toda su numerosa prole. Y más allá de todo esto, era amigo y padre. —Howard Thurman, Disciplinas del Espíritu
El trabajo del teólogo Howard Thurman estuvo fuertemente influenciado por sus propias experiencias místicas. Desde muy joven sintió la presencia real y amorosa de Dios, ya fuera en el agua, en el jardín o mirando al cielo nocturno. Sabía que vivía en un universo seguro y sagrado y esta Gran-Verdad se convirtió en la base de todas sus enseñanzas. Como Jesús, los místicos y todos los grandes maestros, Thurman toma lo personal y lo universaliza. Walter Brueggemann llama a esto "el escándalo de la particularidad". [1] Lo “entendemos” en un momento concreto y ordinario y luchamos y nos enamoramos de él allí. Es un escándalo precisamente porque es tan normal. Lo que es verdad en un lugar finalmente termina siendo verdad en todas partes. En este pasaje, Thurman aplica esta lección juvenil a la oración:
[2] Una noche mi madre me despertó y me preguntó si me gustaría ver el cometa [el cometa Halley]. Me levanté, me vestí rápidamente y salí con ella al patio trasero. Allí vi en los cielos la impresionante cola del cometa y me quedé paralizado. Con profunda ansiedad pregunté, sin apartar los ojos de ella: "¿Qué nos pasará cuando esa cosa se caiga del cielo?" Hubo un largo silencio durante el cual sentí la suave presión de sus dedos sobre mis hombros; luego la miré a la cara y vi lo que había visto en otra ocasión, cuando sin llamar me había precipitado a su habitación y la encontré en oración. Por fin dijo: —No nos pasará nada, Howard. Dios cuidará de nosotros". En ese momento algo me conmovió y encandelilló, una silenciosa seguridad que nunca me ha abandonado del todo. Cuando miro hacia atrás, lo que sentí fue el hecho de que lo que se agitó en mí fue uno con lo que creó y controla el cometa. Fue esta conciencia inarticulada la que silenció mi miedo y calmó mi pánico.
Aquí está a la vez el fundamento principal y la base de la experiencia de oración de las personas. Lo que llamo, para el propósito de esta discusión, la "entrega de Dios" como se expresa en la necesidad del corazón. Esto es inherente a la personalidad, y cuando se convierte en parte del enfoque consciente de una persona, es la oración en su máxima expresión. Es el movimiento del corazón de una persona hacia Dios; un movimiento que en cierto sentido está dentro de Dios —Dios en el corazón compartiendo su vida con Dios el Creador de toda Vida. La necesidad misma es Dios, llamando a Dios.
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