Todo pasa

 

Esperanza Apocalíptica

Todo pasa [1]

 Jueves, 29 de abril de 2021

 

 Jesús dijo a sus discípulos: “En aquellos días, pasado el tiempo de sufrimiento, el sol se oscurecerá y la luna dejará de dar su luz,  las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales temblarán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir en las nubes" con gran poder y gloria. . . . El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse”. (Marcos 13:24-27, 31)

Aparte del libro de Apocalipsis, Marcos 13, junto con pasajes paralelos del Evangelio, es un ejemplo principal de literatura apocalíptica en el Nuevo Testamento. Es la forma de mostrar Jesús que todo pasa. Si no tenemos este contrapunto en mente, hacemos una de dos cosas: nos tomamos este mundo demasiado en serio o intentamos aferrarnos a todo. Creemos que todo va a durar, pero no es así. El siglo XXI, los Estados Unidos de América, el capitalismo, nuestras iglesias y nuestros partidos políticos, y todo lo demás, están pasando. Podríamos recordar el sutra budista del corazón “Se fue, se fue, se fue por completo” cuando vemos películas antiguas, incluso las celebridades y las estrellas mueren. Podemos tomar esto como una lección morbosa, o podemos recibirlo como la verdad antes de tiempo, para no sorprendernos, decepcionarnos y enojarnos cuando suceda en nuestra generación.

El mensaje espiritual es realmente bastante simple, aunque muy difícil de aprender para nosotros. Está diciendo que nada es permanente. La literatura apocalíptica nos dice que estemos preparados para eso, para que no nos sorprendamos o escandalicemos cuando alguien muera o algo sea destruido. Es posible que te enteres de esta verdad en el momento en que te enteres de la muerte de tu madre o tu padre, cuando te mueven el piso. O en ese momento cuando vas al médico y te da el diagnóstico fatal diciendo que te quedan tres meses de vida. O cuando tu casa es destruida por un tornado o una inundación en segundos. La literatura apocalíptica describe esos momentos y crisis. Una vez más, este mensaje no está destinado a escucharse como una amenaza, sino como una verdad de que nada dura para siempre. Nuestra gran esperanza es que haya algo a lo que podamos aferrarnos, algo que sea eterno, algo que sea Dios. Queremos el absoluto de Dios, la eternidad de Dios, y no podemos encontrarlo completamente aquí.

Dios nos pone en un mundo de cosas pasajeras donde todo cambia y nada permanece igual. Lo único que no cambia es el cambio en sí mismo. Es una lección difícil de aprender. Nos ayuda a apreciar que todo es un regalo. No lo creamos nosotros. No lo merecemos. No durará, pero mientras lo inhalamos, podemos disfrutarlo y saber que es otro momento de Dios, otro momento de la vida. Las personas que toman este momento en serio, toman cada momento en serio, y son las personas que están listas para el cielo. Si la religión no nos lleva a un ahora eterno, un momento eterno, un momento siempre verdadero, un momento siempre amoroso, entonces no hemos vivido en absoluto el momento. 

 



[1] Adapted from Richard Rohr, “The End of Worlds,” homily, November 15, 2015; and

“A Time of Unveiling,” Four Steps to the Second Coming, Day 1, presentation to Franciscan friars, November 25, 2020, video. Unpublished talk; used with permission.

 

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