Profunda intimidad

 Encuentro con Dios en la Biblia 

Profunda intimidad 

 Lunes, 31 de enero de 2022 

 

 

El padre Richard comparte que la relación correcta es el tema central de la mayoría de las historias bíblicas: 1 

  

Parece que este YHWH, que se está descubriendo y mostrando a Dios mismo en la Biblia, desea no solo imágenes o ideas, sino incluso personas con las que Dios está en una relación muy concreta e íntima. ¡Dios está creando, literalmente, amigos para Dios! Jesús se convirtió en la representación plena de quien acoge y vive esa amistad. De hecho, nunca pareció dudarlo. Ese debe ser la esencia de nuestra imitación de Jesús, exactamente cómo nos convertimos en “copartícipes en su triunfo” (2 Corintios 2:14). 

  

Sin embargo, Dios no se conforma con relaciones obligatorias o basadas en el miedo, sino que desea relaciones voluntarias y libres con “amigos” (Juan 15:15). Lo llama el “nuevo pacto” (Jeremías 31:31; Lucas 22:20), pero para la mayoría sigue siendo una posibilidad bastante nueva e increíble. 

  

Una forma de leer toda la Biblia es observar el descubrimiento gradual de nuestros rostros, la creación gradual de "personas" capaces de relacionarse con Dios y con todos los demás. Crecemos desde niños recibiendo totalmente el amor, al amor adolescente, al enamoramiento, a la comunión adulta. La espiritualidad bíblica tiene el potencial de crear personas que pueden tanto recibir como dar por amor, y un amor que es perfectamente gratuito. 

  

Parece que todos tememos y evitamos la intimidad. Es muy poderosa y también exige que nosotros “tengamos rostro”, es decir, confianza en nosotros mismos, identidad, dignidad y cierto coraje para aceptar nuestro propio rostro. Después tenemos un desafío mayor una vez que hemos descubierto nuestro propio rostro, debemos estar dispuestos a dárselo a otro. 

  

La tradición bíblica dice que la verdad no se encuentra en conceptos abstractos, sino en el encuentro con el otro. Como en la Trinidad, la confianza es una relación de amor con la cual contemplamos. El filósofo judío Emmanuel Lévinas (1906–1995) dijo que lo único que realmente transforma a las personas es “el rostro del otro”. 2 El rostro de YHWH para Moisés, el rostro del amante para Jacob, el rostro de acusador para David, el rostro del enemigo para Judit, estos cambian la “verdad” de la gente. Es la relación, “el rostro del otro”, lo que nos transforma, nos convierte y nos da nuestra identidad más profunda. ¡No el conocimiento de libro! 

  

En las tradiciones filosóficas en las cuales los cristianos occidentales han sido educados hasta ahora, la verdad es formada y encontrada por la mente personal y todas sus ideas acordadas. La identidad se logra de forma autónoma, con una especie de autosuficiencia. Así, hablamos de la “persona hecha a sí misma” y de la verdadera cultural familiar. 

  

Jesús, en cambio, define la verdad misma como relación en lugar de concepto. Dice “Yo soy la verdad” (Juan 14:6) y luego se describe a sí mismo inmediatamente como alguien que está en relación absoluta con su “Padre” (14:7, 9–10) y el Espíritu que está en relación con ambos (14:16–18). Esto reorganiza el mundo de la religión de discusiones sobre ideas y conceptos a un mundo de encuentro, relación y presencia frente al otro. Eso cambia todo.   

 

1 Adaptación de Richard Rohr, Things Hidden: Scripture as Spirituality (Cincinnati, OH: St. Anthony Messenger Press, 2008), 53–54, 56, 61. 

2 Ver Is It Righteous to Be? Interviews with Emmanuel Lévinas, ed. Jill Robbins (Stanford, CA: Stanford University Press, 2001) para una presentación de su trabajo. 

 

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