Fe encarnada
Fe encarnada
viernes, 11 de agosto de 2022
La sacerdotisa episcopal y maestra emérita del CAC, Cynthia Bourgeault, comparte una historia sobre el papel integral del cuerpo en el apoyo de nuestra fe:1
En muchas tradiciones espirituales del mundo, el cuerpo es visto con temor y sospecha, considerado como el asiento del deseo y, en el mejor de los casos, como una bestia muda que debe ser entrenada y sometida a la voluntad personal. Pero lo que se pasa por alto aquí, y es de crucial importancia —es que el centro motor 2 también tiene dones perceptivos únicos, el más importante de los cuales es la capacidad de comprender el lenguaje de la fe codificado en un gesto sagrado.
Hay una historia famosa atribuida al arzobispo ortodoxo ruso Anthony Bloom [1914–2003] . . . eso hace que este punto sea bastante sorprendente. Un joven acudió a él para una consulta espiritual, enojado y angustiado porque no podía encontrar ningún sentido a su cristianismo. El dogma y la teología le parecían tonterías, y los credos con frecuencia lo enfurecían. Anhelaba una vida de fe. . .. ¿Qué sugirió el padre Anthony?
El arzobispo escuchó atentamente y luego hizo una sugerencia bastante sorprendente: que el joven simplemente se fuera a casa e hiciera cien postraciones completas al día durante un mes.
Ahora bien, en la práctica ortodoxa, una postración completa no es un simple movimiento de cabeza y reverencia, como tiende a ser la genuflexión en Occidente. Uno cae de bruces en el suelo, boca abajo, con los brazos extendidos; mantiene la posición durante al menos una buena inhalación y exhalación larga; y luego se levanta lentamente. . .. Cuando regresó un mes después, los ojos [del joven] brillaban con fe, y los credos ya no lo enojaban. La razón, como bien sabía el arzobispo, es que a través de los gestos profundos y rítmicos de inclinarse y vaciarse, el hombre llegó a comprender algo que la mente no podía encontrar. Vivía en su cuerpo. Al conectarse con su cuerpo, se reconectó con las fuentes de su fe.
Según Bourgeault, nuestros cuerpos y sus movimientos naturales pueden ofrecernos percepciones espirituales de una manera que la mente intelectual simplemente no puede:
Es sorprendente cómo esas experiencias de aprendizaje invariablemente terminan entre nuestros recuerdos más vívidos de la infancia. Cuando aprendí a montar en bicicleta a los siete años, supe algo sobre el equilibrio interior, dominar algo de adentro hacia afuera. Al aprender a flotar, descubrí que confiar significa relajarse y dejar que algo más te sostenga. Al hacer el amor en éxtasis, aprendí a no temer disolverme en la unidad. El lenguaje de la transformación espiritual ya está escrito profundamente en nuestro cuerpo. . ..
En términos del viaje espiritual, tratar de encontrar la fe con el centro intelectual es algo así como tratar de tocar un violín con una sierra: es simplemente la herramienta equivocada para el trabajo. Esta es una de las razones por las que todas las tradiciones religiosas han insistido universalmente en que la vida religiosa no se puede hacer solo con la mente; ese es el mayor impedimento para el devenir espiritual.
1 Adaptado de Cynthia Bourgeault, Introductory Wisdom School Transcript (Albuquerque, NM: Center for Action and Contemplation, 2021), 17. Available through the CAC’s online course, Introductory Wisdom School.
Cynthia Bourgeault, The Wisdom Way of Knowing: Reclaiming an Ancient Tradition to Awaken the Heart (San Francisco, CA: Jossey-Bass, 2003) 28–29, 30–31.
2 “Básicamente el centro móvil trata de la inteligencia por el movimiento. Es la forma en que nuestro cuerpo puede sacar sus tentáculos y explorar y obtener información del mundo. Es todo ese reino de cosas que no hacemos directamente con nuestro cerebro racional intelectual pero que nos involucran profundamente. Conducimos un automóvil, esquiamos cuesta abajo, navegamos en un bote. Se mete en nuestro cuerpo. Ese tipo de inteligencia, que en su mayoría infrautilizamos, es una enorme reserva de conectividad e información con el mundo”.
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