Entusiasmo por la vida, amor por la creación

Teresa de Ávila   

          

Entusiasmo por la vida, amor por la creación 

  

  jueves, 16 de marzo de 2023 

  

  

  

La maestra contemplativa Tessa Bielecki capta el amor de Teresa de Ávila por Dios revelado a través de la creación: [9] 

  

Teresa nos enseña a vivir la aventura humana con ánimo y entusiasmo. Estaba enamorada de todas las dimensiones de la vida: de las personas y los lugares, de la música, la risa y la celebración, de la naturaleza y su abundancia. 

  

Vemos su entusiasmo en las imágenes vibrantes que extrae de su experiencia de la tierra. Ella habla de sol y viento y lluvia, nubes, cristal y cometas que caen, tempestades, truenos y relámpagos. Ella llama a Dios Sol en el interior del alma, arrojando luz brillante en todos los rincones de nuestro ser. Cuando rezaba, a Teresa le encantaba mirar los campos y las flores, “leyendo” del libro de la naturaleza. Le encantaba vivir cerca del agua, con buena tierra y jardines.... 

  

Teresa nos insta a abrazar la naturaleza en nuestra oración porque la naturaleza nos despierta, recordándonos al Creador. Ella no puede contener su alabanza y glorifica a Dios como Señor del mundo y Belleza superior a todas las demás bellezas. “¡Quién podría dar a conocer la majestad con que te revelas!” ella grita en una de sus oraciones espontáneas. “¡Oh, mi Dios, Dios, Dios, autor de toda la creación! ¿Y qué es la creación si Tú, Señor, deseas crear más? eres todopoderoso; Tus obras son incomprensibles.” 

  

Cuando tenemos problemas para orar, Teresa recomienda que nos volvamos a la naturaleza: “Ve a algún lugar donde puedas ver el cielo, y camina un poco arriba y abajo”. Dado que Dios es infinito y está en todas partes, a veces nos regocijamos tanto en meditar sobre la creación como en meditar sobre lo Divino. ¿Por qué limitarnos a uno solo de los misterios de la creación cuando hay tantos? Teresa menciona el misterio del agua, el gavilán y la hormiguita. Cualquiera de estos es suficiente para todo un período de oración, sumergiéndonos en la maravilla y la sabiduría de Dios. ¿Qué pasaría si conociéramos “la propiedad de todo lo creado”? 

  

Bielecki muestra cómo Teresa recurrió a la naturaleza para describir el viaje del alma con Dios: 

  

Como [Teresa] vivía cerca de la tierra, dijo que la vida espiritual es como las abejas haciendo miel, los gusanos de seda tejiendo sus capullos, los peces nadando en un arroyo. Dependiendo de nuestra etapa de crecimiento espiritual, podemos ser como ratones, sapos o serpientes, mariposas nocturnas, mariposas, palomas, caballos salvajes o ciervos heridos. Podemos encontrarnos con la majestad de Dios como una poderosa águila o un león rugiente. 

  

La imagen de la naturaleza favorita de Teresa era el agua. Ella habla profusamente de manantiales, estanques, pozos y fuentes, ríos, olas y el mar, instándonos a irrigar nuestros corazones con las aguas de la Vida. Cuando, en cambio, obstruimos nuestras vidas con trivialidades y distracciones interminables, ella nos ve atascados en un pantano, luchando por sacar agua fangosa de un charco.  

 

Teresa también amaba las imágenes de fuego. Si encendemos un fuego en nuestra sala de estar o en la naturaleza, podemos reflexionar con ella sobre la furiosa conflagración que nos enciende con el fuego del amor divino. 

 

9 Tessa BieleckiHoly Daring: The Earthy Mysticism of St. Teresa, the Wild Woman of Ávila, 2nd ed. (Rhinebeck, NY: Adam Kadmon Books, 2016), 11–12.  

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