Trastorna el orden social

Libres de vergüenza   

                 

Trastorna el orden social 

   lunes, 8 de nayo de 2023 

   

El padre Richard señala cómo Jesús trastornó las normas sociales de su tiempo al honrar la identidad de las personas como hijos amados de Dios: [3] 

  

La frase reveladora utilizada en los Hechos de los Apóstoles describe la nueva secta del judaísmo que altera el orden del viejo mundo en Tesalónica. Los cristianos allí fueron llevados ante el consejo de la ciudad y se les refirió como “las personas que han trastornado el mundo entero…. Han quebrantado los edictos de César” (Hechos 17:6–7). Nadie es llamado ante el ayuntamiento por meras creencias internas o nuevas actitudes a menos que estén alterando el orden social. La importancia de la enseñanza de Jesús y casi toda su sanación fue un reordenamiento de las relaciones sociales y por lo tanto del orden social. No andaría comiendo con la clase baja, tocando a los intocables, sanando en sábado y colaborando con advenedizos como Juan el Bautista en el río, sin trastornar la sociedad tradicional. 

  

Jesús se niega a acatar el sistema de honor/vergüenza que dominaba la cultura mediterránea de su tiempo. Se niega a estar a la altura de lo que se considera honorable y se niega a avergonzar lo que la gente considera vergonzoso. (Si eso no es evidente en nuestra lectura de los Evangelios, necesitamos leerlos de nuevo). Esto no le trae muchos amigos. Es quizás lo que más molesta a los sacerdotes y ancianos. En respuesta a su ignorancia de los códigos de deuda y de pureza, decidieron matarlo (ver Marcos 3:6, 11:18; Mateo 12:14; Lucas 19:47; Juan 11:53). 

  

En los tiempos del Nuevo Testamento, la vergüenza y el honor eran la base de los valores morales que las personas se sentían obligadas a seguir. Si una situación requería represalias, se esperaba que las personas tomaran represalias. No tomar represalias habría sido considerado inmoral, porque habrían abandonado su honor. La gente estaba obligada a ser fiel al honor de su pueblo, su familia y a sí mismos. Para Jesús, entrar en medio de ese sistema cultural y decir: "No tomen represalias" y "Amen a sus enemigos" fue subvertir el sistema de honor/vergüenza. 

  

Una vez cuestionados, a los oyentes de Jesús se les dio un nuevo lugar para encontrar su identidad: no en sus posiciones sociales de honor o vergüenza, sino en Dios. Quiénes somos en Dios es quiénes somos. Ese es el final de las vicisitudes. Nuestro valor ya no depende de si le agradamos a nuestra familia o pueblo, o si somos atractivos, ricos u obedientes a las leyes. El mensaje de Jesús es increíblemente subversivo en cualquier sociedad de honor/vergüenza. A medida que quita los cimientos antiguos, ofrece uno nuevo y más sólido: no basado en la vergüenza ni en la culpa, sino basado en quiénes somos en Dios.  

 

La persona que somos en Dios es un hijo amado. Nuestra identidad ya no depende de la estimación de nuestra cultura o incluso de nuestra propia estimación de nosotros mismos. A través de la oración y la conciencia de Dios dentro de nosotros, descubrimos continuamente nuestra verdadera identidad, “reservado el vivir con Cristo” (Colosenses 3:3). 

 

3 Adaptación de Richard RohrJesus’ Alternative Plan: The Sermon on the Mount (Cincinnati, OH: Franciscan Media, 1996, 2022), 21–22, 25, 75–76. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Hermano Lorenzo de la Resurrección

Momento Presente, Momento Maravilloso

Ofreciendo nuestra presencia