El Libro Sagrado de la Naturaleza de Dios

La Realidad   

                 

El Libro Sagrado de la Naturaleza de Dios 

  

  martes, 13 de junio de 2023 

  

  

  

Richard Rohr cree que la naturaleza ha estado revelando a Dios mucho antes de que existieran la Biblia y la Iglesia: 

  

La naturaleza misma es la Biblia primaria. El mundo es el lugar de lo sagrado y proporciona todas las metáforas que el alma necesita para su crecimiento. 

  

Si escalas la historia cronológica hasta el lapso de un año, con el Big Bang el 1 de enero, entonces nuestra especie, el Homo sapiens, no aparece hasta las 11:59 p. m. el 31 de diciembre. Eso significa que nuestra Biblia escrita y la Iglesia aparecieron en el último nanosegundo del 31 de diciembre. No puedo creer que Dios no tuviera nada que decir hasta el último momento. Más bien, como dicen Pablo y Tomás de Aquino, Dios ha estado revelando el amor, la bondad y la belleza de Dios desde el principio a través del mundo natural de la creación (ver Romanos 1:20). “Dios vio que todo lo que había hecho estaba muy bien” (Génesis 1:31). 

  

Reconocer el valor intrínseco y la belleza de la creación, los elementos, las plantas y los animales es un cambio de paradigma importante para la mayoría de los cristianos occidentales y culturales. Limitamos el amor y la salvación de Dios a nuestra propia especie humana, e incluso entonces, ¡no teníamos suficiente amor para toda la humanidad! Dios terminó pareciendo bastante avaro e inepto, para ser honesto. 

  

Lea, en cambio, el Libro de la Sabiduría: 

  

¡Cuán torpes son todos los hombres que, a partir de las cosas que son, no han podido descubrir a Dios-Quien-Es, o estudiando las buenas obras no han logrado reconocer al Artista... A través de la grandeza y la belleza de las criaturas podemos, por analogía, contemplar a su Autor (13:1, 5). [6] 

  

La autora Barbara Mahany lee el Libro sagrado de la naturaleza de Dios en su propio patio trasero y en toda la creación: 

  

Leo atentamente el Libro de la Naturaleza, incluso aquí, en mi humilde parcela de tierra... donde un bullicioso jardín escondido me ofrece un respiro y un lugar para la genuflexión... 

  

Entro en sus páginas en la hora turbia justo antes del amanecer, antes de que el sol naciente escenifique su ensayo, sangre rosa en el borde de la noche. Es donde podrías encontrarme, con la nariz pegada al vidrio, cuando el cielo invernal que se suaviza finalmente exhala y caen los primeros copos de nieve, cubriendo el mundo en un silencio como ningún otro. O, en el crepúsculo, la hora intermedia en que el día se disuelve en la oscuridad, cuando en una víspera de verano me rindo al creciente sonido envolvente de los grillos y vigilo hasta que los guardianes de las estrellas las sacan a relucir... 

  

Y así, lo bello, lo majestuoso, lo íntimo y lo arrollador se plasma en las páginas del librum naturae, el Libro de la Naturaleza. [7] 

  

Mahany comparte esta observación de Evelyn Underhill (1875–1941), una teóloga y mística inglesa:  

 

El significado mismo de la Creación se ve como un acto de adoración, una proclamación devota del esplendor, la maravilla y la belleza de Dios. En este gran Sanctus, todas las cosas justifican su ser y tienen su lugar. [8] 

 

 

6 Adaptación de Richard Rohr, Essential Teachings on Love, selected by Joelle Chase and Judy Traeger (Maryknoll, NY: Orbis Books, 2018), 30-31. 

7 Barbara Mahany, The Book of Nature: The Astonishing Beauty of God’s First Sacred Text (Minneapolis, MN: Broadleaf Books, 2023), 15, 16. 

8 Evelyn Underhill, Worship (New York: Harper & Brothers, 1937), 5. Quoted in Mahany, Book of Nature, 18.