Chivo expiatorio antes y ahora

¿A quién empujamos fuera del círculo de nuestra aceptación para cantar solo en las ramas de un árbol del desierto quemado y destrozado? 

 

El patrón del chivo expiatorio 

 

Chivo expiatorio antes y ahora 

martes, 26 de marzo de 2024 

 

El padre Richard explica el ritual hebreo del chivo expiatorio y cómo el patrón continúa desarrollándose en los contextos seculares de hoy: 

  

En Levítico 16 vemos la brillante ritualización de lo que ahora llamamos chivo expiatorio, y de hecho deberíamos sentir pena por el macho cabrío demonizado. En el Día de la Expiación, un sacerdote imponía sus manos sobre un macho cabrío “escapado”, depositando sobre el animal todos los pecados de los israelitas del año anterior. Luego llevaron al macho cabrío al desierto y lo dejaron allí. Y la gente regresó a casa regocijada, tal como lo hicieron los cristianos europeos después de quemar en la hoguera a un supuesto hereje o lo hicieron los estadounidenses blancos después del linchamiento de hombres negros. Siempre que se excluye al “pecador”, nuestro ego se deleita y se siente aliviado y seguro —al menos por un tiempo. Por lo general, la ilusión sólo se profundiza y se vuelve catatónica, condicionada y repetitiva —porque claro, buscar chivos expiatorios en realidad no funcionó para eliminar el mal en primer lugar. [7] 

  

Como cristiano, creo que la muerte de Jesús fue un avance histórico. No es casualidad que los cristianos fechan la historia en torno a su vida. Después ya no pudimos ver las cosas de la misma manera. Las semillas del evangelio quedaron plantadas para siempre en la historia de la humanidad, pero algunos seguidores de otras religiones parecen haber “regado las semillas” más que muchos cristianos. Me parece que el Occidente cristiano estaba tan desestabilizado por el evangelio que tuvo que ir a toda marcha para ocultar su sombra y cubrir su miedo y su necesidad de odiar a los demás. ¡Todo esto a pesar de las enseñanzas de su Dios! Se suponía que el mensaje central de Jesús sobre el amor a los enemigos, el perdón y el cuidado de los de abajo haría que la búsqueda de chivos expiatorios fuera prácticamente imposible e impensable. 

  

Muchos cristianos, con total ironía, adoraban a Jesús, el chivo expiatorio, los domingos y, durante los otros seis días de la semana, convertían en chivos expiatorios a judíos, musulmanes, otras denominaciones cristianas, herejes, pecadores, paganos, los pobres y casi cualquier persona que no fuera como ellos mismos. Uno habría pensado que los cristianos que “miraron a aquel a quien habían traspasado” (Juan 19:37) habrían recibido el mensaje de cuán equivocados pueden ser la dominación, el poder y el odio. El sistema ha estado completamente equivocado acerca de la figura de Dios que ellos mismos eligieron, pero ellos continúan confiando en el sistema. 

  

El uso de chivos expiatorios depende de una capacidad bastante sofisticada, pero fácil de aprender, para compartimentar, separar y dividir el mundo en lo puro y lo impuro. Antropológicamente, toda religión comienza con la creación de lo "impuro". Muy pronto surge todo un sistema moral, con tabúes, castigos, miedos, culpas e incluso un sacerdocio para imponerlo. Nos da una sensación de orden, control y superioridad, que es exactamente lo que el ego quiere y el pequeño yo exige.   

 

El genio religioso de Jesús rechaza por completo todos los códigos de deuda, códigos de pureza y la búsqueda de pecadores. Se niega a dividir el mundo en puros e impuros, para disgusto de casi todos — desde entonces hasta ahora. [8]  

 

 

7 Adaptación de Richard Rohr, Essential Teachings on Love, selected by Joelle Chase and Judy Traeger (Maryknoll, NY: Orbis Books, 2018), 128.  

8 Adaptación de Richard Rohr, The Wisdom Pattern: Order, Disorder, Reorder (Cincinnati, OH: Franciscan Media, 2001, 2020), 167–169.