No sabemos lo que hacemos

¿A quién empujamos fuera del círculo de nuestra aceptación para cantar solo en las ramas de un árbol del desierto quemado y destrozado? 

 

El patrón del chivo expiatorio 

 

No sabemos lo que hacemos 

Viernes 29 de marzo de 2024 — Viernes Santo 

  

Brian McLaren nos invita a una experiencia imaginativa de la dolorosa realidad del chivo expiatorio que ocurrió el Viernes Santo: [13] 

  

Imaginémonos con los discípulos poco antes de las tres de la tarde de este viernes. Algunos de nosotros nos hemos reunido para hablar de lo que ha sucedido durante las últimas veinticuatro horas…. 

  

¿Por qué no podría haber sido de otra manera? ¿Por qué este buen hombre —el mejor que jamás hayamos conocido, el mejor que jamás hayamos imaginado— tuvo que afrontar la tortura y la ejecución como si fuera un monstruo malvado? 

  

A medida que las horas se prolongan desde el mediodía hasta casi las tres, imaginamos muchas razones…. 

  

Jesús nos ha dicho una y otra vez que Dios es diferente de nuestras suposiciones. Asumimos que Dios era justo y puro, en cierto sentido, eso hace que Dios odie a los injustos e impuros. Pero Jesús nos ha dicho que Dios es amor puro, tan rebosante de bondad que Dios derrama compasión tanto sobre los puros como sobre los impuros. No sólo nos ha hablado de la compasión ilimitada de Dios —sino que la ha encarnado cada día mientras caminamos este camino con él. En la forma como se sentó a la mesa con todos, en la forma como nunca tuvo miedo de ser llamado "amigo de los pecadores", en la forma como tacaba a los intocables y se negó a condenar incluso al más destacado de los pecadores, encarnó para nosotros una visión muy diferente de cómo es Dios…. 

  

Si Jesús nos muestra algo tan radical sobre Dios, ¿qué nos está diciendo sobre nosotros mismos—sobre los seres humanos y nuestras instituciones sociales y religiosas? ¿Qué significa que nuestros líderes políticos y nuestros líderes religiosos se unan para burlarse, torturar y matar al mensajero de Dios?... ¿Es ésta la única manera en que las religiones y los gobiernos mantienen el orden —amenazándonos con dolor, vergüenza y muerte si no obedecemos? ¿Y es así como nos unifican—convirtiéndonos en una turba que se une en su odio compartido hacia el último fracaso, el perdedor, el rebelde, el criminal, el marginado... o el profeta?... ¿Qué clase de mundo hemos creado? ¿En qué clase de personas nos hemos convertido?... 

  

A media tarde… incluso desde la distancia, podemos escuchar a Jesús gritando: “¡Padre, perdónalos!”. “Porque no saben lo que hacen”. 

  

¿Perdónalos? ¿Perdónanos? 

  

Nuestros pensamientos nos llevan nuevamente al jardín de anoche, cuando Jesús preguntó si podría haber otra manera. Y ahora parece claro. No podría haber otra manera de mostrarnos cómo es realmente Dios. Dios no se revela en el asesinato y la conquista... en la violencia y el odio. Dios se revela en este hombre crucificado — entregando hasta el último suspiro, dando y perdonando. 

  

Y no podría haber otra manera de mostrarnos cómo somos realmente. De hecho, no sabemos lo que hacemos.  

 

Si Dios es así, y si nosotros somos así… todo debe cambiar. 

 

13 Brian D. McLaren, We Make the Road by Walking: A Year-Long Quest for Spiritual Formation, Reorientation, and Activation (New York: Jericho Books, 2014), 158, 159, 160.