Vivo por una razón
Durante el día, tenemos a nuestra disposición momentos místicos, como compartir un momento con un saltamontes.
Misticismo Cotidiano
Vive por una razón
miércoles, 20 de marzo de 2024
El teólogo Howard Thurman (1899-1981) creía que cultivar la quietud interior nos permite experimentar lo divino. Lerita Coleman Brown escribe: [4]
Una noche, cuando era estudiante de seminario y caminaba a casa a altas horas de la noche, Thurman notó el sonido del agua. Había tomado esta ruta muchas veces y nunca había escuchado ni un goteo. Al día siguiente, Thurman discutió sus observaciones con uno de sus profesores, quien le dijo que un canal pasaba por debajo de la calle. Como los ruidos de los tranvías, los automóviles y los transeúntes no se escuchaban a altas horas de la noche, Howard pudo percibir el sonido del agua.
Thurman equipara estos sonidos... con el parloteo interno de nuestra mente que nos impide ser conscientes de la presencia de Dios. Silenciar el ruido superficial de nuestras mentes es lo que Thurman nos insta a hacer cuando nos instruye, como lo hace a lo largo de sus escritos, a "centrarnos".
Lo que atrae y retiene nuestra atención determina cómo y cuándo experimentaremos a Dios. “En la experiencia religiosa total aprendemos a esperar; aprendemos a preparar la mente y el espíritu”, escribe. “Es en los momentos eternos de espera, meditación, permanencia y demora donde la esencia de la experiencia religiosa se vuelve más fructífera. Es aquí donde aprendo a escuchar, a abrir de par en par las puertas mismas de mi ser, a limpiar los rincones y las grietas de mi vida — para que cuando Su Presencia me invada, sea libre de disfrutar la venida de Él mismo a mí. " [5] Thurman creía que esta actividad también requiere dejar de lado el odio y la amargura para que, al entrar en tu centro, entras en Dios como el Creador de la existencia porque “Dios toca el fondo de la existencia”.
Brown encuentra en los escritos de Thurman una invitación a estar abiertos a la posibilidad del misticismo cotidiano para todos.
Thurman desmitificó el misticismo planteándolo de forma sencilla. Los místicos son personas que tienen una experiencia religiosa personal o un encuentro con Dios. Esta descripción me ha liberado a mí y a muchos otros de pensar que Dios se aparece a las personas sólo después de años de oración y de vivir una vida ascética y aislada. Thurman creía que cualquiera puede ser un místico si está abierto a la experiencia. Abrió una puerta a un mundo donde los místicos se mueven libremente entre nosotros y viven vidas ordinarias. Los místicos son los que pueden oír el agua fluir debajo de la calle. Saben cómo silenciar el ruido de la superficie lo suficiente como para escuchar el significado de todas las cosas que fluyen debajo de la vida diaria.
Los místicos cotidianos son personas que entran en comunión con la presencia de Dios, reciben consejos a través de visiones, voces y sueños proféticos, y se comprometen a vivir para Dios y no únicamente para ellos mismos. Su visión de la vida es más grande y amplia, sabiendo que están vivos por una razón, un propósito que beneficiará a espíritus humanos que tal vez nunca lleguen a conocer... Thurman vivió una identidad basada en el misticismo, ya que regularmente sentía unidad con Dios y en ocasiones experimentó visiones. También creía que los momentos místicos deberían impulsar a las personas hacia el amor, la comunidad y la acción social.
4 Lerita Coleman Brown, What Makes You Come Alive: A Spiritual Walk with Howard Thurman (Minneapolis, MN: Broadleaf Books, 2023), 121–123.
5 Howard Thurman, prologue to Temptations of Jesus (Richmond, IN: Friends United Press, 1978), 14.
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