Encuentro con Dios en los lugares salvajes
El asombro es tan cercano como la forma como la mariposa se posa sobre una flor en el jardín.
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Encuentro con Dios en los lugares salvajes
lunes, 22 de abril de 2024
El teólogo Tony Jones escribe sobre los dones disponibles cuando nos encontramos con Dios en “lugares salvajes”: [6]
El Dios de los lugares salvajes ofrece paz. En un mundo moderno, frenético y ocupado —siempre conectado, siempre activo, encontrar la paz es cada vez más difícil... Para recibir la paz que ofrece el Dios de los lugares salvajes, tendremos que retroceder a las viejas tecnologías: canoa y remo; botas de montaña y bastón; arco y flecha y caña de pescar. También debemos recordar que la paz que anhelamos está dentro, la chispa de lo divino que reside en nosotros. Se puede traer esa chispa se puede encender una llama en el interior, pero tengo mucha más suerte cuando estoy al aire libre, y mejor cuanto más salvaje sea el lugar.
El dios de los lugares salvajes honra el lugar. Al visitar y revisar los lugares salvajes especiales para nosotros, allí nos esperan experiencias de trascendencia... Le canté un himno a mi lugar especial, unas pocas hectáreas de bosque del norte al borde de un lago. Cuidar esa tierra es un gozo y un privilegio, y me ha quedado claro que hacerlo es parte de mi vocación, mi llamado de Dios. Estos árboles y este arroyo son mi congregación para pastorear como un pastor cuida a las ovejas —fueron destrozados por un tornado, como yo; han vuelto a crecer con una belleza llena de cicatrices, al igual que yo…. En estos días soy celoso conservando estos bosques, guardándolos y protegiéndolos, haciendo lo que puedo para mantenerlos sanos y seguros, salvaguardando su paz.
El Dios de los lugares salvajes nos ha dado compañeros. Puede que estemos atravesando el espacio... pero no estamos solos. Somos interdependientes de todo el tejido de la creación, entretejido con seres sensibles y no sensibles, animados e inanimados…. Dejé de mirar al cielo en busca de ayuda y, en cambio, bajé la vista hacia los compañeros que me rodeaban. Mis perros han sido mis compañeros no humanos más sagrados. [Mi amigo] Seth habla con las plantas. No importa la especie con la que comulguemos, la clave es mantener toda la red a la vista —viendo el bosque y los árboles, porque el amor de Dios se percibe a través de la red.
Jones describe cómo correr riesgos invita a una mayor confianza en Dios:
El dios de los lugares salvajes requiere riesgo. Hemos hecho todo lo posible para mitigar el riesgo para nosotros mismos, un rasgo admirable que ha asegurado la propagación de nuestra especie…. A nivel neurológico, la aventura favorece el aprendizaje profundo. A nivel espiritual, las situaciones de alto riesgo nos desnudan y nos hacen vulnerables. Cuando mi ego retrocede, hay más espacio para Dios. Alcanzar el siguiente nivel de éxito requiere arriesgarse: escalar una montaña más grande, recorrer un sendero más desafiante, montar una ola más grande…. La vida moderna tiende a vacunarnos contra estos riesgos, pero el Dios de los lugares salvajes elimina esa seguridad y nos devuelve el contacto con quienes debemos ser.
6 Tony Jones, The God of Wild Places: Rediscovering the Divine in the Untamed Outdoors (Lanham, MD: Rowman and Littlefield, 2024), 149–151.
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