Resumen semana 19
Cada uno de nosotros puede crear un hogar en nuestro interior.
Reencuentro
Resumen semana 19
regreso a casa
5 de mayo – 10 de mayo de 2024
La idea arquetípica de “hogar” apunta en dos direcciones a la vez. De alguna manera, el fin está en el principio y el comienzo apunta hacia el final. El Gran Misterio Único se revela al principio y siempre nos llama hacia su plena realización.
—Richard Rohr
En la metáfora de la vida como un viaje, creo que finalmente se trata de regresar al punto de partida. A medida que me acerco a la muerte, creo que la mejor manera de describir lo que viene después no es “me estoy muriendo”, sino “finalmente me voy a casa”.
—Richard Rohr
Dos veces al año, pausamos las Meditaciones Diarias para pedir vuestro apoyo. Si le ha impactado los programas del CAC (incluidas estas Meditaciones Diarias) y tiene capacidad financiera, considere hacer una donación. Apreciamos cada regalo, ya que estamos comprometidos a mantener nuestro trabajo y estas Meditaciones accesibles para todos.
La nostalgia espiritual se ha convertido en un dolor casi diario que embota. No es desaliento ni agotamiento. Es incómodo saber que estoy llegando al final de una cosa y al comienzo de la siguiente. Me voy y llego. Hay miedo, pero también una hay anticipación gozosa.
—Brené Brown
Las experiencias de regreso a casa y de profundidad se convierten en prenda, garantía, indicio y promesa de un algo eterno. Una vez que tocamos lo Real, hay una insistencia interna en que lo Real, si es lo Real, tiene que ser para siempre.
—Richard Rohr
En casa, no hay necesidad de adivinar si estamos dentro o fuera, si somos bienvenidos o no. El hogar siempre dispone un lugar pensando en nosotros. ¿Cómo acondicionas un hogar de aceptación incondicional?
—Felicia Murrell
Práctica semana 19
Encontrar el hogar en nosotros mismos
sábado, 11 de mayo de 2024
La autora Kaitlin Curtice escribe sobre el legado sagrado del hogar: [12]
Creo que algunos de los lugares más poderosos del mundo son las mecedoras de los porches, los bancos ubicados alrededor de las mesas del comedor, las piedras colocadas alrededor de las hogueras y la alfombra en la base de la cama de un niño. Son los lugares donde contamos historias, donde examinamos lo que significa ser humano y decidimos cuánta bondad nos manifestamos a nosotros mismos y a los demás.
Esos son los lugares donde aprendemos quién es Dios y quién no es Dios, donde se nos enseña qué tipo de vida vivir, donde aprendemos cómo los niños y los mayores están conectados y encontramos lo Sagrado en sus experiencias cotidianas porque se inclinan y escuchan con todo su ser.
Que siempre regresemos a los lugares donde comienzan las historias, para desafiarlas, aceptarlas y honrarlas, y susurrarnos a nosotros mismos y a los demás que siempre, siempre estamos llegando.
No olvides
mi amor,
vivir.
No olvides
enterrar
tus dedos de los pies en la arena
y dejar las llaves del auto
y reírte de las rarezas.
No olvides maravillarte
y sentir desesperación,
sentir el peligro
y huir de ello.
No olvides
correr riesgos,
escalar las montañas
que nadie creyó
que podrías escalar.
No olvides
amarte a ti mismo,
a todos ustedes,
en cada temporada
y en cada lugar,
porque nunca se sabe
cuando llamarán
a la puerta para
pedir una taza de café
y dar un abrazo atrasado.
No olvides
que estas vivo
ahora mismo
hasta que no lo estés,
y aún entonces,
no olvides
lo hermoso
que fue
llamarte Hogar.
12 Kaitlin B. Curtice, “What Our Seasons Teach Us,” Oneing 11, no. 2, Falling Upward (Fall 2023): 95–96. Available in print and PDF download.
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