De la cabeza al corazón

La oración es una práctica para el largo camino de la vida, recordando que estamos acompañados incluso cuando nos sentimos solos. 

 

 

 La oración de Jesús 

 

De la cabeza al corazón 

Miércoles, 5 de junio de 2024 

  

Baja la cabeza, cierra los ojos, exhala suavemente e imagínate que miras dentro de tu propio corazón. Lleva tu mente, es decir, los pensamientos, de tu cabeza a tu corazón. 

—San Simeón el Nuevo Teólogo 

  

El profesor de CAC James Finley continúa reflexionando sobre las instrucciones de San Simeón para rezar la Oración de Jesús: [6] 

  

San Simeón nos instruye a “cerrar los ojos” cuando rezamos la Oración de Jesús. ¿Qué pasaría si todos pudiéramos cerrar los ojos ahora mismo y despertar interiormente? ¿Y si, cuando abrimos los ojos, viéramos a través de nuestros propios ojos despiertos lo que Jesús vio en todo lo que vio? ¿Qué veríamos? ¡Veríamos a Dios! Porque Jesús vio a Dios en todo lo que vio. 

  

Lo maravilloso de esto es que no importaba si Jesús vio a su propia madre o a una prostituta, la alegría de los reunidos en una boda o el dolor de los reunidos en el entierro de un ser querido. No importaba si veía a sus discípulos o a sus verdugos, o un pájaro o un árbolJesús veía a Dios en todo lo que veía. Jesús nos dice: “Tenéis ojos para ver, pero no veis” (Marcos 8:18). No habéis aprendido a despertar a la capacidad que Dios os dio para ver la naturaleza divina dada por Dios, de vosotros mismos, de los demás y de todas las cosas. Ésta es la raíz de todo vuestro dolor y confusión. Nuestra oración entonces se convierte en: “Señor, que yo pueda ver tu presencia presentándose y entregándose, como la íntima inmediatez de la gracia y el milagro de nuestra presencia misma y de todas las cosas, en nuestra nada comunitaria sin ti. Ayúdanos a entender que la generosidad del Infinito es infinita y que nosotros somos la generosidad de Dios. Somos la canción que cantas”. 

  

San Simeón nos dice: “Imagínate a ti mismo mirando dentro de tu corazón”. Miramos dentro de nuestro corazón no sólo como el centro de las emociones, sino como el lugar mismo donde la presencia continua y donante de Dios, y nosotros en nuestra nada sin Dios, nos derramamos y tocamos mutuamente. En nuestro corazón hay esta unidad…  

 

A continuación, “Lleva tu mente, es decir, tus pensamientos, desde tu cabeza hasta tu corazón”. Aprendemos a acomodarnos en las energías transformadoras de la oración al estar silenciosamente absorbidos en la comunión cada vez más profunda con Dios, haciendo todo lo posible para no dejarnos llevar por los pensamientos que surgen y caen en los bordes de nuestra mente. Cada vez que nos damos cuenta de que nos hemos dejado llevar por el pensamiento, volvemos a las palabras de la oración como una forma de renovar nuestra confianza en el amor misericordioso de Dios… De esta manera, descendemos al reino del corazón, donde nuestra presencia se hace consciente de ser eternamente una con la misericordia de Dios revelada a nosotros en Cristo. Poco a poco, comenzamos a darnos cuenta de que nuestra experiencia cada vez más profunda de aprender a descansar en el reino del corazón… comienza a manifestarse de forma inesperada, en cada momento de nuestra vida, hasta el momento de nuestra muerte y más allá. 

 

6 Adaptación de James Finley y Kirsten Oates, “The Way of a Pilgrim: Session 3,” Turning to the Mystics, season 9, ep. 6 (Albuquerque, NM: Center for Action and Contemplation, 2024), podcast. Available as MP3 audio download and PDF transcript.

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Modelo del amor de Dios

Resumen semana 24

Espiritualidad madura