Sobrevivir con Jesús

Incluso en medio de púas retorcidas, la vida verde sobrevive y prospera. 

 

 

 Sufrimiento y Supervivencia  

 

Sobrevivir con Jesús 

Domingo 4 de agosto de 2024 

 

¿Quién, habiendo leído el Evangelio, no sabe que Cristo considera suyo todo el sufrimiento humano? —Orígenes, Sobre la oración 11.2 

  

Richard Rohr analiza la presencia de tantos males en el mundo y la solidaridad de Dios con el sufrimiento: 

  

La teodicea es una rama de la teología que ha desarrollado muchos argumentos sobre cómo puede haber un Dios bueno, o un Dios justo en presencia de tanto mal en el mundo —sobre el cual “Dios” parece no hacer nada. 

  

La evidencia es abrumadora de que Dios permite plenamente y no detiene los genocidios, el abuso infantil, las guerras brutales, el sufrimiento humano y animal indescriptible, el encarcelamiento de inocentes, las agresiones sexuales y la esclavitud, la muerte de especies y civilizaciones enteras, y las vidas trágicas de los adictos y sus codependientes. Además, Dios parece al menos “permitir” los desastres “naturales” de sequías, inundaciones, huracanes, tornados, tsunamis, plagas, hambrunas y dolorosas enfermedades de todo tipo, muchas de las cuales llamamos “actos de Dios”, y todas las cuales han hecho que gran parte de la vida humana sea “solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”. [1] ¿Qué debemos hacer con esto? 

  

Para mí, hay una manera viable y amorosa de superar esto. Si Dios está de alguna manera en el sufrimiento, participando también como un objeto de sufrimiento, en plena solidaridad con el mundo que Dios creó, entonces puedo dar un sentido posible e inicial a Dios y a esta creación. Solo si nos unimos a Dios, y Dios se une a nosotros, en algo mayor que la suma de todas sus partes, podemos encontrar una manera de superar todo esto. La confianza en el Jesús crucificado —y resucitado— ha “salvado” a muchos. [2] 

  

Las teólogas Grace Ji-Sun Kim y Susan Shaw muestran cómo Jesús es un sobreviviente de abuso violento que abre el camino para que otros sobrevivientes encuentren la transformación: 

  

Para Jesús, el camino de Dios es el camino de alimentar al hambriento, vestir al desnudo, ayudar al extraño en una zanja y exigir equidad y justicia, ya sea de jueces, líderes religiosos o políticos. Sobrevivir con Jesús redirige nuestra ira, nuestro han, nuestra desesperación. [3] Aprendemos a aceptarnos a nosotros mismos y trabajamos para crear un mundo mejor. Las cosas no serán simplemente perfectas. La transformación es un proceso. El lenguaje correcto para la fe no es que “somos salvados”, sino que “estamos siendo salvados”. Susan escuchó una vez a la poeta Maya Angelou contar la historia de un joven que le preguntó si estaba “salvada”. “¿Lo estás?”, respondió Angelou. “Sí”, respondió él. “¿De verdad?”, replicó ella, “¿Ya?”. La transformación es un proceso —y para los sobrevivientes es un proceso con sus altibajos, recuerdos y ataques de pánico. Pero, como confirma la resurrección, es el mejor camino; es el camino de Dios.  

 

Sobrevivir con Jesús nos da la esperanza de que es posible un mundo diferente: un mundo sin abuso sexual, sin misoginia ni racismo y sin violencia. Ese es un mundo por el que vale la pena sobrevivir y trabajar por él, con la fe de que en cada uno de nosotros Dios realmente está haciendo nuevas todas las cosas. [4] 

 

 

1 Thomas Hobbes, Leviathan, chap. 13. 

2 Adaptación de Richard Rohr, Breathing under Water: Spirituality and the Twelve Steps (Cincinnati, OH: Franciscan Media, 2011, 2021), 113–115. 

3 Han is a concept in Minjung theology, which originated in South Korea; it refers to “an accumulation of the suppressed and condensed experience of oppression.” See Jae Hoon Lee, The Exploration of the Inner Wounds—Han (Atlanta, GA: Scholars Press, 1994), 139. 

4 Grace Ji-Sun Kim and Susan M. Shaw, Surviving God: A New Vision of God through the Eyes of Sexual Abuse Survivors (Minneapolis, MN: Broadleaf Books, 2024), 195.