Llamados a amar
Cuando estamos escuchando nos detenemos, permanecemos quietos y en silencio, porque no queremos perdernos la voz que está hablando.
Escuchar la Voz Divina
Llamados a amar
Martes 22 de octubre de 2024
La directora espiritual Ruth Haley Barton comparte cómo la práctica ignaciana del discernimiento nos ayuda a reconocer la guía de Dios en nuestras vidas: [5]
El hábito del discernimiento es la calidad de atención a Dios que es tan íntima, que con el tiempo desarrollamos un sentido intuitivo del corazón y el propósito de Dios en cualquier momento. Nos familiarizamos con la voz de Dios —el tono, la calidad y el contenido— del mismo modo que nos familiarizamos con la voz de un ser humano que conocemos bien. Somos capaces de captar las respuestas a varias preguntas clave: ¿Quién es Dios para mí en este momento? ¿Dónde obra Dios, en el despliegue continuo del amor y la redención [de Dios]? ¿Cómo respondo más auténticamente? Es la forma de mirar la vida, para sentir el movimiento del Espíritu de Dios y abandonarnos a él….
Sin embargo, para muchos de nosotros, el conocimiento de la voluntad de Dios es un tema plagado de dudas y dificultades. ¿Es realmente posible conocer la voluntad de Dios? Nos preguntamos. ¿Realmente confío en que Dios hará lo mejor para mí? ¿Cómo sé si he “discernido” la voluntad de Dios o si es solo una buena manera de justificar lo que quiero? ¿Cómo le doy sentido a esos momentos en los que pensé que entendía la voluntad de Dios, pero terminó siendo un desastre? Fue muy difícil confiar en Dios la primera vez. ¿Cómo puedo confiar en Dios nuevamente?
Barton escribe que el proceso de discernimiento auténtico identifica el amor como nuestro llamado principal:
Para la persona cristiana, las decisiones que tomamos siempre tienen que ver con el amor y qué decisión nos permite seguir a Dios en el amor. Puede haber otros factores a considerar, pero la pregunta más profunda para nosotros como cristianos es: ¿Qué exige el amor en esta situación? ¿Qué haría el amor?
¿Por qué rara vez nos hacemos esta pregunta en relación con las decisiones que enfrentamos? ¿Qué nos distrae del amor en las diversas situaciones, cunado tratamos de discernir la voluntad de Dios? No sé sus respuestas a esta pregunta, pero puedo darle algunas de las mías. Por un lado, el amor es a veces un gran inconveniente. Rara vez es eficiente… Además, el amor desafía mi egocentrismo y, a veces, requiere que me entregue más de lo que quiero dar. A veces el amor duele, o al menos me hace vulnerable. El amor es siempre riesgoso y no hay garantías.
Y, sin embargo, el amor es el llamado más profundo de la vida cristiana, el estándar por el cual se mide todo lo relacionado con nuestra vida… Cualquier proceso de toma de decisiones, que no plantee la cuestión del amor pasa por alto el objetivo de la práctica cristiana del discernimiento. El discernimiento tiene como objetivo llevarnos cada vez más profundamente al corazón de la voluntad de Dios —que sigamos a Dios apasionadamente en el amor, incluso si eso nos lleva hasta la cruz.
5 Ruth Haley Barton, Sacred Rhythms: Arranging Our Lives for Spiritual Transformation (Downers Grove, IL: IVP Books, 2006), 111, 116, 117–118.
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