El poder de la calma
El silencio nos invita a atender profundamente al momento presente, como una mano extendida en un campo, consciente de cada brizna de hierba deslizándose sobre la piel, simplemente estando aquí ahora.
Centrado, Silencio, Serenidad
El poder de la calma
Miércoles, 26 de marzo de 2025
A veces, la inacción es la mejor acción que podemos realizar. La quietud es a veces el paso más importante que podemos dar.
—Charles Lattimore Howard, Pond River Ocean Rain
Howard Thurman (1899–1981) ofrece instrucciones para practicar la calma y la meditación silenciosa:
Debemos encontrar fuentes de fortaleza y renovación para nuestro espíritu, para no perecer... Es muy conveniente hacer algunas sugerencias concretas al respecto. Primero, debemos aprender a estar en silencio, calmarnos por un rato. En algún momento del día, todo debería detenerse y practicar el arte de la quietud. Para algunos temperamentos, no será fácil, ya que todo el sistema nervioso y el cuerpo se han adaptado con los años a la actividad, a funciones abiertas y tensas. Sin embargo, el arte de la quietud debe practicarse hasta que el desarrollo y el hábito sean firmes. Si es posible, busque una silla cómoda o un lugar tranquilo donde no se pueda hacer nada. No hay libros ni periódicos para leer, ni reflexión sobre el siguiente curso de acción, ni rechazo de errores o conversaciones pasadas. Uno se dedica a no hacer nada en absoluto, salvo estar en silencio. Al principio, puede sentir somnolencia y dormirse. Sin embargo, llegará el momento en que podrá estar en silencio por un rato sin somnolencia, pero con una cualidad de laxitud creativa que promueve la renovación de mente y cuerpo. Estos períodos pueden ser robados a las ambiciosas exigencias del trabajo diario; pueden aislarse aun con mucha gente; pueden llegar solo al final del día o en la quietud de la mañana. Cada uno de nosotros debe encontrar el momento y desarrollar su modo de calmarse. [9]
El capellán Charles Lattimore Howard comparte la importancia de la calma en su camino de fe:
Estar en silencio ha sido una parte necesaria de mi camino. La calma, debo añadir, no es para mí lo mismo que el vacío. Aunque las aguas del estanque estén aún en la superficie, hay mucha vida moviéndose en nuestro interior. La vida está en nuestro interior. ¡El amor está en nuestro interior!
Cuando estoy calmado, no me vacío. Prefiero estar lleno de amor a no tener nada dentro. Y la calma permite que esto suceda o, mejor dicho, la calma nos permite a ti y a mí darnos cuenta de que esto ya ocurrió. El amor está ahí dentro de nosotros, incluso ahora. Sin embargo, a veces las olas de la vida rugen tan incesantemente que es difícil ver o sentir ese amor.
Detenerse y estar lo suficientemente en calma como para percibir el amor dentro y alrededor es un acto profundamente poderoso y contracultural… Para la mayor parte de la sociedad contemporánea, la calma es un acto profético que desafía aquello que exige que nos movamos rápido y ascendamos. Desafía la idea de que es mejor estar ocupado y recargado. Rechaza la llamada a estar constantemente desconcentrado y permanentemente conectado. [10]
9 Howard Thurman, Deep Is the Hunger: Meditations for Apostles of Sensitiveness (Friends United Press, 1978), 175–176.
10 Charles Lattimore Howard, Pond River Ocean Rain: Find Peace in the Storms of Life (Abingdon Press, 2016), 6–7.
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