La Paradoja de Jesús

Si somos humildes y honestos, los cristianos deben reconocer que la mayoría de nuestras iglesias y líderes no siempre han leído los Evangelios de manera contemplativa [1] o con "la mente de Cristo" (1 Corintios 2:16) [¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá instruirle? Sin embargo, nosotros tenemos la mente de Cristo] . Sin una conciencia contemplativa, limitamos severamente la capacidad de inspiración y guía del Espíritu Santo. Teníamos, después de todo argumentos para ganar, lógica para defender y distinciones confesionales para mantener. Sin la mente contemplativa, los humanos, incluso los cristianos, se deleitan con los dualismos y no comprenden la unidad dinámica entre los opuestos aparentes. La Paradoja de Jesús (es decir, Jesús siendo a la vez Dios y humano) estaba destinada a enseñar y ejemplificar esta unión. [2] El yo separado teme y niega las paradojas ─ que es negar nuestro propio yo, que siempre está lleno de aparentes contradicciones. ...