Principio Sacramental

Patricia Duncan, Vuelo de grullas canadienses menores (detalle), 1975, fotografía, Nebraska, dominio público, Archivos Nacionales. Morgan Winston, Pan y copa de jugo para comunión (detalle), 2020, fotografía, Florida, uso libre. Jenna Keiper, Winter Trees (detalle), 2021, fotografía, Washington, utilizada con autorización. Jenna Keiper & Leslye Colvin, 2022, tríptico, Estados Unidos.  

  

Las imágenes de esta semana aparecen inspiradas en el arte de los trípticos cristianos/católicos primitivos: una forma triple que cuenta una historia unificada. 

 

La realidad sacramental de Dios es mucho más grande y común que lo que a menudo consideramos “santo”. La Presencia Divina se encuentra en el pan, el vino, una bandada de gansos y árboles de invierno. 

 


Realidad Sacramental 

  Principio Sacramental  

Domingo, 24 de abril de 2022 

El Padre Richard Rohr presenta el corazón de la teología sacramental, que en nuestras circunstancias particulares y ordinarias son los lugares donde nos encontramos con el Cristo Universal: 1 

  

Cada historia de resurrección que se encuentra en los Evangelios afirma una presencia ambigua pero cierta de Cristo resucitado en escenarios muy comunes, como caminar por el camino a Emaús con un extraño, asar pescado en la playa o parecerse un jardinero a María Magdalena. Estos momentos de la Escritura establecen un escenario de expectativa y deseo que la Presencia de Dios se pueda ver en lo ordinario y en lo material, y no tengamos que esperar apariciones sobrenaturales. Los católicos llamamos a esto una teología sacramental, donde lo visible y lo táctil son la puerta principal a lo invisible. Es por eso que cada uno de los sacramentos formales de la iglesia insiste en un elemento material como el agua, el aceite, el pan, el vino, la imposición de manos o la parte física del matrimonio mismo. 

  

Cuando Pablo escribió las cartas a Colosas (1:15–20) y Éfeso (1:3–14), unos veinte años después de la era de Jesús, ya había conectado el cuerpo único de Jesús con el resto de la especie humana (1 Corintios 12:12–31), con los elementos individuales simbolizados por el pan y el vino (1 Corintios 11:23–26), y con todo el Cristo de la historia cósmica y la naturaleza misma (Romanos 8:19–23). Esta conexión se articula más tarde en el Prólogo del Evangelio de Juan (escrito décadas después de las cartas de Pablo) cuando el autor dice: “En el principio era el Logos, y el Logos estaba con Dios, y el Logos era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas llegaron a existir a través de él, y sin él nada llegó a existir. Lo que llegó a existir en él era vida, y la vida era la luz de la humanidad” (Juan 1:1–4), todo basado en el Logos hecho carne (1:14). 

  

El mensaje central de la encarnación de Dios en Jesús es que la Presencia Divina está aquí, en nosotros y en toda la creación, y no solo “allá” en algún reino lejano. Los primeros cristianos llegaron a llamar a esta Presencia aparentemente nueva y disponible “el Señor y Cristo” (Hechos 2:36). 

  

El principio sacramental es este: comienza con un momento concreto de encuentro, basado en este mundo físico, y el alma se universaliza desde allí, para que lo que es verdadero aquí, lo sea también en todas partes. ¡Y así el viaje espiritual continúa con círculos cada vez mayores de inclusión en el Misterio Santo Único! Pero siempre comienza con lo que muchos llaman sabiamente el “escándalo de lo particular”. Es allí donde debemos rendirnos, incluso si el objeto en sí parece más que un poco indigno de nuestro asombro, confianza o rendición. La forma más pura de espiritualidad es encontrar a Dios en lo que está justo frente a ti: la capacidad de aceptar lo que el jesuita y místico francés Jean Pierre de Caussade (1675-1751) llamó el sacramento del momento presente. 2 

 

1 Adaptación de Richard Rohr, The Universal Christ: How a Forgotten Reality Can Change Everything We See, Hope for, and Believe (New York: Convergent, 2019, 2021), 29–31; y 

Just This (Albuquerque, NM: CAC Publishing, 2017), 32. 

 2 Jean Pierre de CaussadeAbandonment to Divine Providence, book 1, chapter 1.2. 

  

Historia de Nuestra Comunidad: 
Cuando pienso en el Cristo / Es el azul de las medusas / La profundidad del océano / El canto del pájaro / Reflejo en las olas / Es el salto del delfín / La danza de los manglares / El tiempo de los líquenes / Estrellas arriba / La exhalación / La inhalación 

—Sandra.    

 

Oración por Nuestra Comunidad: 
Dios, Señor de toda la creación, amante de la vida y de todo, ayúdanos a amar a nuestra pequeña manera lo que Tú amas infinitamente y en todas partes. Te agradecemos que podamos ofrecer solo esta oración y eso será más que suficiente, porque en realidad cada cosa y cada uno está conectado, y nada está solo. Orar por una parte es realmente orar por el todo, y así lo hacemos. Ayúdanos cada día a defender el amor, la sanación, el bien, la unidad diversa del Cuerpo de Cristo y de toda la creación, porque sabemos que esto es lo que deseas: como oró Jesús, que todos sean uno. Ofrecemos nuestra oración junto con todos los santos nombres de Dios, ofrecemos nuestra oración junto con Cristo, nuestro Señor. Amén.

 

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