Orden, Desorden, Reordenamiento

Al igual que este vitral agrietado, a veces tenemos que dejar que las viejas estructuras se deconstruyan para dejar espacio a lo nuevo. 

 

 

 Orden, Desorden, Reordenamiento  

 

Orden, Desorden, Reordenamiento 

Domingo, 25 de agosto de 2024 

 

Richard Rohr comparte su paradigma para el proceso transformador de la madurez espiritual: 

  

Parece bastante claro que crecemos espiritualmente al pasar de un Orden perfecto, a través de un Desorden a menudo doloroso y aparentemente innecesario, a un Reordenamiento iluminado o “resurrección”. Este es el “patrón que conecta” y solidifica nuestra relación con todo lo que nos rodea. 

  

ORDEN: En esta primera etapa, si se nos concede (y no todos lo hacen), nos sentimos inocentes y seguros. Todo es básicamente bueno. Es nuestra “primera ingenuidad”. Aquellos que intentan quedarse en esta primera explicación satisfactoria de “cómo deberían ser las cosas” tienden a rechazar y evitar cualquier confusión, conflicto, inconsistencia o sufrimiento. El ego cree que el desorden o el cambio siempre deben evitarse, así que simplemente agachémonos y pretendamos que mi status quo es completamente bueno, debería ser bueno para todos y siempre es “verdadero” e incluso la única verdad. 

  

DESORDEN: En algún momento de nuestras vidas, nos sentiremos profundamente decepcionados por lo que nos enseñaron originalmente, por el lugar al que nos han llevado nuestras decisiones o por las tragedias aparentemente aleatorias que ocurren en todas nuestras vidas. Habrá una muerte, una enfermedad, una alteración de nuestra forma normal de pensar o de estar en el mundo. Es necesario si se quiere que se produzca un crecimiento real. 

  

Esta es la etapa del Desorden, o lo que llamamos, a partir de la historia de Adán y Eva, la “caída”. Algunas personas intentan volver al Orden original y no aceptan la realidad, lo que les impide seguir creciendo. Otras, especialmente hoy, parecen haberse rendido y han decidido que “no existe un orden universal”, o al menos no hay un orden al que se sometan. Esa es la postura posmoderna, que desconfía de todas las grandes narrativas, incluidas a menudo las nociones de razón, una naturaleza humana común, el progreso social, las normas humanas universales, la verdad absoluta y la realidad objetiva. La residencia permanente en esta etapa tiende a hacer que las personas sean más bien negativas y cínicas, generalmente enojadas y bastante testarudas y dogmáticas en busca de un terreno sólido. [1] 

  

REORDEN: Sólo en la etapa final de Reordenar pueden coexistir la oscuridad y la luz, puede ser aceptable la paradoja. Por fin estamos en casa, en el único mundo que ha existido jamás. Éste es el conocimiento verdadero y contemplativo. Aquí la muerte es parte de la vida, y el fracaso es parte de la victoria. Los opuestos chocan y se unen, y todo pertenece. [2]  

 

En la etapa de Reordenar, llegamos a esa verdadera autoridad interior en la que sé algo, y la única naturaleza del conocimiento es que está bien porque Dios está en cada momento, pase lo que pase. No hay nada que deba excluirse. Puedo vivir y trabajar con todo ello porque, aparentemente, Dios puede. Por alguna razón increíble, contraria a la lógica y al sentido común, todo le pertenece. [3]  

 

 

 

1 Adaptación de Richard Rohr, The Universal Christ: How a Forgotten Reality Can Change Everything We See, Hope for, and Believe (New York: Convergent, 2019, 2021), 247–249. See also “Disorder: Stage Two of a Three-Part Journey,” Daily Meditations, August 16, 2020. 

2 Adaptación de Richard Rohr, Everything Belongs: The Gift of Contemplative Prayer (New York: Crossroad, 1999, 2003), 159. 

3 Adaptación de Richard Rohr, How Do We Get Everything to Belong? (Albuquerque, NM: Center for Action and Contemplation, 2005). Available as MP3 audio download. 

 

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