Sentado en la realidad
Imagen pintada a partir del arte de Noé Barnett, inspirada en el libro Las lágrimas de las cosas de Richard Rohr, una mano sostiene una lágrima con delicadeza y gran cuidado.
Las lágrimas de las cosas
Sentado en la realidad
Viernes, 7 de marzo de 2025
Mirabai Starr comparte lo que aprendió sobre las acciones directas no violentas del activista jesuita por la paz, el padre Daniel Berrigan (1921–2016). Inspirada por conversaciones con su amigo e iconógrafo, el padre William (Bill) McNichols, reflexiona:
Lo que muchos de sus seguidores quizás no sabían era que Daniel Berrigan era inconsolable. Como defensor de la no violencia, Dan no veía muchas pruebas de que la cultura de la guerra fuera a desaparecer. Sin embargo, perseveró. ¿Qué más puede hacer un verdadero profeta? “Uno está llamado a vivir de manera no violenta”, dijo, “incluso si el cambio por el que uno trabaja parece imposible. Puede que sea posible o no cambiar el rumbo de Estados Unidos a través de una revolución no violenta. Pero hay una cosa que favorece ese intento: la incapacidad total de la violencia para cambiar algo para mejor”. [11] También dijo: “La búsqueda de la paz no lleva a ninguna parte y, sin embargo, debe hacerse”. [12]
Cuando era un joven jesuita, el padre Bill vivía en una casa comunal con Dan Berrigan en la ciudad de Nueva York. A veces, cuando Dan no bajaba a cenar, Bill subía las escaleras y llamaba a su puerta. “Parecía que lo habían atacado”, me dijo el padre Bill. No eran las críticas que recibía lo que lo agobiaba, porque cuando Bill le preguntó cómo era ser atacado continuamente, respondió: “Creo que debo estar haciendo algo bien”. Se trataba más bien de lo que el padre Bill describe como “asumir la angustia de Dios por el mundo y caminar con ella”. El padre Bill dice que en esos momentos, estaba tan profundamente conmovido por el dolor de Dan que todo lo que podía hacer era sentarse en silencio a su lado. “Era como visitar a Job”, me dijo…
El profeta no puede saber que todo estará bien, que los que están en el poder se despertarán y repararán el daño que han causado, y que la paz prevalecerá. El místico nunca puede estar seguro de que la unión con Dios será el resultado del anhelo por Dios. Deben descansar en el desconocimiento. El desconocimiento no siempre es cómodo. De hecho, puede parecerse mucho al dolor.
Y, sin embargo, ese vacío, esa espera, ese espacio liminal es sagrado. Es lo que distingue a un profeta-místico de un activista moralista o un narcisista espiritual. Es en el desierto interior, donde el paisaje parece estéril, donde la paciencia revela el milagro de la vida que abunda justo debajo de la superficie. Cuanto más observamos atentamente lo que es, más se enfoca la belleza. Aquí no hay nada roto, nada que arreglar. Más bien, el profeta-místico practica sentarse en la realidad tal como es. Desde ese espacio de escucha silenciosa, podemos percibir lo que nos corresponde hacer y aprovechar la vitalidad que necesitamos para hacerlo. Asumimos nuestro derecho innato de pertenencia y, en el espíritu de la enseñanza judía mística de tikkun olam, reparamos el mundo roto y restauramos la totalidad de la red del inter-ser [Interbeing es un concepto filosófico y una práctica de meditación que se basa en la tradición Zen budista. Este concepto destaca la interconexión y dependencia de todos los elementos de la existencia... "interser: actualizar o comprender en este presente momento nuestra relación con todos los seres"].
10 Mirabai Starr, “Inconsolable: The Path of the Prophet-Mystic,” ONEING 12, no. 2, The Path of the Prophet (2024): 51–52, 53. Available in print and PDF download.
11 Daniel Berrigan, The Trouble with Our State, edited by John Dear (Resource Publications, 2021), vii.
12 Citado en John Dear, “Daniel Berrigan, Apostle of Peace: An Introduction (of Sorts),” in Apostle of Peace: Essays in Honor of Daniel Berrigan, ed. John Dear (Wipf and Stock, 1996), 16.
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