Vida Profética
Testimonio y Práctica Franciscana
Vida Profética
Miércoles, 1 de octubre de 2025 — Festividad de Teresita de Lisieux
A lo largo de mi vida, me ha llamado la atención de forma recurrente, que la agenda universal de justicia social de Francisco consistía en vivir una vida sencilla. De lo contrario, siempre formamos parte del sistema, complaciendo a alguien para obtener alguna ventaja o ganar más dinero. —Richard Rohr, Everything Belongs (podcast)
Richard Rohr analiza cómo las vidas proféticas de Francisco y Clara moldearon a otros a través de su testimonio: [10]
Francisco y Clara no fueron profetas tanto por lo que decían, como por su radical y crítica del sistema en su forma de vivir. Encontraron su libertad interior y exterior viviendo estructuralmente al margen de la Iglesia y la sociedad. Con demasiada frecuencia, la gente busca la libertad interior o la mera libertad exterior, pero rara vez, en mi opinión, busca y encuentra ambas. Francisco y Clara sí lo hicieron.
Su programa de justicia fue el más fundamental y menoscabador de todos: un estilo de vida muy sencillo, al margen del sistema de producción y consumo (el verdadero significado del voto de pobreza), además de una identificación consciente con los marginados de la sociedad (la comunión de los santos, relegada a su periferia). En esta posición, no realizamos actos de paz y justicia, sino que nuestras propias vidas se convierten en paz y justicia. Ocupamos nuestro pequeño y suficiente lugar en el gran plan de Dios.
Por "vivir al límite desde dentro" me refiero a construir sobre la sólida Tradición ("desde dentro") desde una postura nueva y creativa ("al límite") donde no podemos ser cooptados por motivos de seguridad, posesiones o ilusiones de poder. Francisco y Clara se situaron fuera de los sistemas sociales y eclesiásticos. Francisco no era sacerdote, ni los franciscanos aspiraban al sacerdocio en los primeros años de la orden. La suya no era una espiritualidad de ganarse la vida o buscar la dignidad, la carrera, el estatus eclesiástico, la superioridad moral o el favor divino (que sabían que ya poseían). Dentro de la libertad estructural que eligieron, Francisco y Clara también encontraron libertad personal, mental y emocional. Estaban libres de negatividad y ego. Esta liberación es la plena libertad evangélica.
Hoy en día, la mayoría de nosotros intentamos encontrar la libertad personal e individual, aun cuando permanecemos dentro de estructuras y un sistema de consumo que luego no podemos o no queremos criticar. Nuestras hipotecas, lujos y estilos de vida privilegiados controlan todo nuestro futuro. Quien paga nuestras cuentas y nos da seguridad y estatus determina lo que podemos y no podemos decir, o incluso pensar.
Cuando Jesús y el Evangelio de Juan usaron el término "el mundo", no se referían a la tierra, la creación ni la civilización, que Jesús claramente vino a amar y salvar (véase Juan 12:47). Se referían a sistemas e instituciones idólatras que son invariablemente autorreferenciales y "siempre pasajeros" (véase 1 Corintios 7:31). Francisco y Clara nos mostraron que es posible cambiar el sistema no mediante ataques negativos (que tienden a inflar el ego), sino simplemente haciéndose a un lado en silencio y haciéndolo mejor.
10 Adaptado de Richard Rohr, Eager to Love: The Alternative Way of Francis of Assisi rev. ed. (Franciscan Media, 2024), 33–36.
Comentarios
Publicar un comentario